Cansados, hambrientos y muchos de ellos enfermos de las vías respiratorias, los integrantes de la caravana migrante no lograron cruzar este sábado la Sierra Nevada, como esperaban, y decidieron pernoctar en la comunidad de Río Frío, a unos 60 kilómetros de la Ciudad de México.

A las 9 de la mañana, la caminata partió de Santa Rita Tlalhuapan, Puebla, y para las 12:15 el frente ya se encontraba en territorio mexiquense. Sin embargo, a la mayoría de los migrantes que traían niños y bebés les llevó el doble de tiempo.

La Guardia Nacional (GN) cerró la autopista México-Puebla, con dirección a la Ciudad de México, para impedir que los migrantes pidieran aventones. Por la vía de cuota no transitaron vehículos entre las 9 y 15 horas, todos fueron obligados a circular por la vía libre.

Hubo gente solidaria que repartió agua, algunos alimentos y ropa; pero también hubo insultos de camioneros, que circulaban con dirección opuesta, y de algunos ciclistas guadalupanos, quienes pedían a la GN replegar a los caminantes para que sólo utilizaran el carril de baja velocidad.

Fue al final, alrededor de las 15 horas, cuando los elementos de una camioneta de seguridad pública municipal se solidarizaron con los rezagados y los empezaron a transportar hasta la iglesia San Diego de Alcalá.

El pasado 23 de octubre la caravana partió con un contingente de unos 2 mil 500 migrantes, quienes salieron de Tapachula, Chiapas; sin embargo, al cumplirse ayer el día 48 de caminata, no más de 500 lograron llegar a territorio mexiquense.

Un migrante guatemalteco narró que varios connacionales se enamoraron al arribar a México y, efectivamente, más de una pareja realiza la travesía con bebés en brazos.

César Augusto Romero lleva un año caminando desde que salió de su país, Venezuela, junto con su esposa y otros compatriotas. Atravesaron Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y ahora todo el sureste mexicano. Luego de todos los contratiempos que han sufrido, consideró que la situación no debería ser así.

Nosotros somos seres humanos. Somos extranjeros, correcto; pero eso nada tiene que ver. Todos somos hijos de Dios y no debería haber pasaporte ni visa, de un país a otro, porque todos somos hermanos. Somos latinoamericanos.

Por ello, demandó al Instituto Nacional de Migración (INM) no obstaculizar más el paso de la caravana y permitirles el libre tránsito hasta la capital del país y a la frontera norte, para quienes intentar cruzar a Estados Unidos.

Los migrantes centroamericanos pernoctarán en el auditorio municipal de Río Frío y el domingo retomarán su caminata hasta la cabecera de Ixtapaluca. Se espera que arriben a Palacio Nacional o a la Basílica de Guadalupe mañana lunes.

Por su parte, Irineo Mujica, coordinador de la caravana, lamentó que las autoridades se nieguen a dialogar con los migrantes: nos quieren matar de cansancio