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Carroñeros: culpables a modo // Marcelo Ebrard y muchos más // ¿Y Miguel Ángel Mancera?

C

omo es tradición en este tipo de lamentables sucesos, todos los involucrados –sean del sector público o privado– se lavan las manos y avientan la papa caliente, al grito de yo no fui fue el de enfrente, mientras los mexicanos de a pie son los que pagan las consecuencias por las pésimas decisiones, la descarada corrupción y las promesas siempre incumplidas.

Hasta ayer, suman 24 las víctimas mortales y 79 las personas heridas por el desplome de una trabe del viaducto elevado entre las estaciones de Tezonco y Olivos (alcaldía Tláhuac) de la línea 12 del Metro, cuya falla estructural ha sido permanentemente denunciada por la ciudadanía, al menos desde el terremoto de septiembre de 2017, y ninguna autoridad les hizo caso, comenzando por el entonces jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera.

En ese entonces, el ahora senador gastó más en propaganda que en reparaciones en la citada zona, y se dedicó a presumir que la línea 12 del Metro es muy segura, por lo que en octubre de 2017 –apenas un mes después el terremoto de ese año– ordenó reiniciar operaciones, aunque obviamente no mencionó las advertencias de los especialistas que supervisaron la obra sobre las daños estructurales y los vicios de origen en la construcción de esta ruta de transporte colectivo.

Pero no fue la única propaganda, porque en diciembre de 2013 –prácticamente al llegar a la jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal– Mancera incrementó 67 por ciento el precio del boleto del Metro (de 3 a 5 pesos) y aseguró que la mayoría de los usuarios lo aceptaron, y entre los compromisos para justificar el alocado aumento mencionó que el dinero que se captara se utilizaría, entre otras cosas, a trabajos de renivelación de vías, sustitución de escaleras eléctricas, modernización del sistema de torniquetes e incorporar mil 200 policías para evitar el comercio informal (como usuarios del Metro y corrido el tiempo hagan su propia evaluación).

Y después llegó la suspensión de la muy segura Línea 12 del Metro –que Mancera utilizó políticamente– y anunció su revisión estructural para la seguridad de los capitalinos. Más adelante, el terremoto de 2017 y sin hacer caso a los expertos (el resto de vida de esta vía necesitará un plan de mantenimiento ajustado; la vía está deteriorada, el riel está deteriorado y ya no hay forma de dar marcha atrás) en octubre de ese año reinauguró la línea dorada, porque, presumía, se implementaron todas las medidas de seguridad necesarias. Además, cacareó, rehabilitar el viaducto elevado de la línea 12 del Metro tuvo un costo de 900 millones de pesos, y (precisamente en el tramo donde ocurrió el accidente de ayer, entre las estaciones Olivos y Tezonco), se realizaron labores de cambio de balasto, durmientes, fijaciones y rieles ( La Jornada, Alejandro Cruz Flores).

Sirva lo anterior para contextualizar lo que en redes sociales ha difundido la oposición carroñera y desestabilizadora (léase Claudio X González, director de la orquesta, PRI, PAN y PRD y la banda de intelectuales orgánicos): una lista de responsables del desplome de una trabe del viaducto elevado en la estación Tezonco-Olivos (alcaldía Tláhuac) de la línea 12 del Metro, cuya falla estructural ha sido permanentemente denunciada por la ciudadanía y ninguna autoridad hizo caso, comenzando por el entonces jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera.

¿Culpables a modo?, porque tal inventario incluye a Marcelo Ebrard (a entera disposición de las autoridades), Enrique Horcasitas, Francisco Bojórquez, la constructora ICA y la certificadora alemana TUV. Eso es lo que los carroñeros divulgan insistentemente en las redes sociales, pero ¿nadie más? ¿Y dónde quedan Mancera y su pandilla? Por cierto, también obviaron a la empresa de Carlos Slim que participó, junto con ICA y la francesa Alstom, en la construcción de la línea 12 del Metro.

Lo cierto es que Mancera dejó a Claudia Sheinbaum un Sistema de Transporte Colectivo semimuerto, hecho trizas, pedacería e instalaciones colapsadas, pero el ex jefe de gobierno es protegido por los carroñeros por ser parte de su pandilla.

Las rebanadas del pastel

¿Qué sigue? ¿Otra revisión estructural? ¿Otro caiga quien caiga? De entrada, ya vienen los noruegos para los peritajes (antes, con Mancera, arribaron los alemanes y nadie les hizo caso).