Llevar al pleno de la Cámara de Diputados una propuesta de punto de acuerdo para respaldar la postura asumida por el gobierno federal frente al conflicto político en Venezuela costó a Morena un caudal de reproches y críticas del bloque de oposición que, furibundo, reclamó el apoyo a un régimen dictatorial que viola los derechos humanos.

Morena pretendió que el pleno en San Lázaro se sumara a la línea de la administración federal frente al caso venezolano: la aplicación de la Doctrina Estrada. Ese grupo parlamentario no midió –de nuevo– que sobre todo los panistas acusarían al gobierno federal con toda clase de adjetivos.

Fue Rubén Cayetano García, diputado de ese partido quien presentó la propuesta: la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión expresa su apoyo a la conducta de neutralidad y puente de comunicación asumida por el gobierno de México frente al conflicto diplomático internacional, surgido en relación a la situación interna de la República Bolivariana de Venezuela.

Y se congratula por la disposición de los gobiernos de la República Oriental del Uruguay y de los Estados Unidos Mexicanos, así como la de los países de la Comunidad del Caribe, para abordar la compleja situación que prevalece en Venezuela mediante el diálogo para la negociación, en un marco de respeto al derecho internacional y los derechos humanos.

La presidenta de la Mesa Directiva, Dolores Padierna, consiguió que el debate se mantuviera en cauces de orden pese a los exabruptos de algunos de los participantes.

El diputado verde, Antonio Gómez, reprochó el contenido del acuerdo aprobado previamente. Apegarnos a la Doctrina Estrada no significa quedarnos callados ni aceptar lo que es reprobable.

Mónica Bautista, del PRD, propuso que una tercera vía resultaría en una solución: un referéndum entre la sociedad venezolana y que ésta determine y defina quién la debe de gobernar. Sólo así se aproximará a un rumbo para Venezuela.

Y de plano la panista Laura Rojas Hernández se pronunció en contra: “Este punto de acuerdo, señores, señoras compañeras, en primer lugar, habla de apoyar la neutralidad del gobierno. Apoyar la conducta de neutralidad frente a un régimen que ha asesinado a sus propios ciudadanos por el sólo hecho de oponerse. Esta conducta de neutralidad es vergonzosa, incoherente con la historia de México.

Falta al cumplimiento de los principios de política exterior establecidos en el artículo 89 constitucional, particularmente al del respeto, protección y promoción de los derechos humanos.