Portada
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Epaminondas J. Gonatás
Agustín Lara en blanco
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La estación de las lluvias
Jorge Valdés Díaz-Vélez
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De traición, insensibilidad
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Klimt, arrebato
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La estación de las lluvias
Jorge Valdés Díaz-Vélez
Bajo el agua más cálida y desnuda,
los últimos silencios, los murmullos,
fueron su territorio y el destino
de aquella vastedad se abrió en sus labios.
En los ojos del otro derramaron
el puro resplandor de su deseo,
su afán de abandonar la piel del alma
en sábanas de lluvia. Eran hermosos
los cuerpos en su entrega, eran tan líquidos
la inocencia, el temblor y las caricias
engarzados al canto de las lenguas,
que el mundo al despertar les hizo suyos
la tristeza, el amor donde emergieron
a imagen de la luz que los hería.
Era sólo el principio. En la mirada
conservan la humedad y entre las manos
el fuego de las noches que aún no han visto
bailar contra el diluvio, muy despacio. |
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