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En la ONU, acusan a Bielorrusia de intentar desestabilizar a la UE

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Miles de migrantes permanecen varados entre la frontera de Bielorrusia y Polonia. Foto Ap
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Afp
11 de noviembre de 2021 21:47

Naciones Unidas. Los países occidentales condenaron el jueves en la ONU "la instrumentalización orquestada de seres humanos" por parte de Bielorrusia en la frontera con Polonia para "desestabilizar" la Unión Europea, a la que el presidente ruso Vladimir Putin pidió diálogo con Minsk.

Algunos miles de migrantes, en su mayoría kurdos, están bloqueados a la intemperie desde hace varios días en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, en condiciones humanitarias deplorables, mientras las temperaturas en esta parte de Europa bajan a cero grados.

En una declaración conjunta tras una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad, Estonia, Francia, Irlanda, Estados Unidos, Noruega y Reino Unido criticaron "la instrumentalización orquestada de seres humanos".

Según estos países, el objetivo del régimen de Alexander Lukashenko es "desestabilizar a los países vecinos y la frontera exterior de la Unión Europea y desviar la atención de sus propias y crecientes violaciones de derechos humanos".

Horas antes, en una conversación con la canciller alemana Angela Merkel, la segunda en dos días, Vladimir Putin pidió a la Unión Europea que "restablezca sus contactos" con Minsk "para solucionar cuanto antes la crisis migratoria".

Sin embargo, Alemania consideró que "era hora de sacar las consecuencias" de esta crisis y reforzar las sanciones contra el gobierno bielorruso. Según Bruselas, nuevas medidas serán anunciadas la próxima semana.

Amenaza de cortar el gas

Respaldado por Moscú, Lukashenko amenazó el jueves de responder a eventuales sanciones interrumpiendo las entregas de gas del gasoducto Yamal-Europe, que traslada el gas ruso a Alemania y Polonia, fundamentalmente.

"¿Qué pasaría si cortamos el gas natural que llega hasta allá?", se preguntó Lukashenko, que dirige con mano de hierro Bielorrusia desde 1994.

Su controvertida reelección en 2020, protestada con masivas manifestaciones, se encuentra en el origen de esta crisis.

La Unión Europea acusa a Bielorrusia de organizar estos movimiento de migrantes y de otorgarles visados e incluso fletar aviones para vengarse de las sanciones impuestas contra el régimen por la represión de la disidencia tras los comicios.

La principal líder opositora, Svetlana Tijanóvskaya, aseguró que la amenaza de cortar el gas de Lukashenko no era "en serio". "Le perjudicaría más a él y a Bielorrusia que a la Unión Europea", dijo en entrevista exclusiva a la AFP.

En el extremo oriental de la Unión Europea, la tensión va en aumento, y las necesidades de los migrantes atrapados en este tira y afloja diplomático son más acuciantes.

Con una posición dura frente a la migración, el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki acusa a Minsk de "terrorismo de Estado" y asegura que son víctima de una "guerra de un tipo desconocido", en la que los civiles son usados como "municiones".

Varsovia asegura que las fuerzas bielorrusas disparan al aire para hacer avanzar a los migrantes. Desde Minsk responden que son los guardias polacos quienes los obligan violentamente a retroceder vulnerando las leyes internacionales.

Ayuda humanitaria de emergencia

Bloqueados en los fríos y húmedos bosques que pueblan esa frontera, miles de migrantes, entre ellos muchas mujeres y niños, han instalado campamentos improvisados y tratan de calentarse con hogueras.

De acuerdo al diario polaco Gazeta Wyborcza, 10 migrantes han muerto en la zona desde el inicio de la crisis.

Según el portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), el jueves pudo entregárseles una "ayuda humanitaria de emergencia" como mantas, ropa de invierno y pañales para los niños.

Los otros países colindantes también están en alerta. Lituania, que empieza a notar la llegada de migrantes, pidió crear un "corredor humanitario" hacia la ciudad bielorrusa de Grodno, con aeropuerto, para llevarlos a "sus casas".

Ucrania, también limítrofe con Bielorrusia, anunció el jueves que desplegará ocho mil 500 militares en la frontera.

Por su parte, Polonia desplegó 15.000 militares, colocó una alambrada y aprobó la construcción de un muro. Desde agosto, Polonia registró 32.000 intentos de entrar ilegalmente en su territorio, 17 mil de ellos en octubre.

En Sokolka, ciudad polaca situada a unos 15 kilómetros de la frontera, las autoridades están en alerta y detienen vehículos para verificar que no transportan migrantes, comprobó la AFP.

El lenguaje bélico del gobierno parece calar en la población, que apoya la postura firme de las autoridades.

Muchos habitantes apoyan la posición firme de su gobierno. "Tengo miedo de que puedan pasar y de las consecuencias que podría traer", dijo Henryk Lenkiewicz, un jubilado de 67 años.

Algunos tratan de ayudar, aunque el gobierno decretó un estado de emergencia que impide el acceso de periodistas y oenegés.

En un almacén donde guarda víveres y abrigo para los migrantes que consiguen pasar, Anna Chmielewska lamenta la situación.

"No puedo creer que estemos viviendo en una época como ésta. Estamos aquí, dispuestos a ayudar, pero no podemos hacerlo", protesta.

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