Independientemente de las razones de la guerra en Ucrania, ya podemos señalar a un grupo ganador. Se trata de los productores de armamentos, quienes incrementarán la producción de misiles, sistemas de defensa, aviones militares, armas convencionales, robots, drones y sistemas de telecomunicaciones.
El conflicto más importante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial despertó la conciencia de pueblos y gobiernos de que para mantener la paz hay que prepararse para la guerra, como bien lo expresó Publius Flavius Vegetius Renatus a principios del siglo IV de nuestra era. Países que soñaban con el equilibro de fuerzas gracias a las armas nucleares ahora saben que no están seguros y preparan su defensa.
Por lo pronto, Europa Occidental ya se comprometió a mandar a Ucrania alrededor de 500 millones de dólares en armamentos y Estados Unidos comenzará con el envío de equipo por otros 100 millones de dólares. Pero ahí no para la cosa, Alemania que se había comprometido a no mandar directamente armamento a países en conflicto, ahora cambia su estrategia e incrementará su presupuesto militar para ubicarlo por encima de 2 por ciento de su PIB.
Quien más ganará con el actual conflicto es la industria militar de Estados Unidos. De acuerdo con el Instituto Internacional de Estudios Para la Paz de Estocolmo, las 100 empresas de armamentos más grandes del mundo vendieron 531 mil millones de dólares en 2020. De esas firmas 41 son estadunidenses y representaron 54 por ciento de las ventas totales. Por señalar a las más representativas tenemos a Locked Martin, Raytheon, Boeing, Northrop Grumman y General Dynamics.
Después de Estados Unidos destaca China que tiene tres firmas entre las 10 más grandes (Avic, Norinco y CETC), Gran Bretaña con Bae System y Europa con Airbus. Rusia no cuenta con alguna firma entre las 10 más grandes, pero a nivel global ocupa el tercer lugar en producción de armamentos y lo más importante es que tiene el arsenal nuclear más grande del mundo, con 8 mil 500 cabezas nucleares y un sistema de lanzamiento eficiente que está en constante actualización.
Las cosas no pintan bien para la paz en el mundo, pero por lo pronto no todos pierden en el conflicto, como se aprecia con los grandes productores de armamento.