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Penultimátum

El clero: mucho mal cometió y debe asumirse

A

finales de 2021, la sociedad francesa mostró su indignación al publicarse el informe de una comisión independiente integrada por personalidades del nivel más alto y patrocinada por la Iglesia católica. En él, se afirmó que entre 2 mil 900 y 3 mil 200 sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas de ese país abusaron sexualmente de más de 200 mil menores entre 1950 y 2020.

La cifra aumentaba a 330 mil al incluir al personal laico, como docentes en escuelas católicas, programas para jóvenes o encargados de boy scouts. Según el informe, el número de menores abusados es más de 30 veces mayor que la estimación inicial.

El presidente de la comisión, Jean-Marc Sauvé, dijo que los niños eran más propensos a sufrir abusos en los entornos de la Iglesia que en escuelas estatales, en campamentos de verano o en cualquier lugar que no fuera la familia. Agregó otro alarmante dato: en 2021 las víctimas de curas abusadores podía ascender a 10 mil.

Luego de divulgarse el informe y tras una semana de reuniones en Lourdes, epicentro del catolicismo francés, la Conferencia Episcopal acordó vender parte de su rico patrimonio para reparar e indemnizar a las víctimas, aunque los delitos hayan prescrito. Para ello estableció un fondo con más de 5 millones de euros.

Al fin, los obispos franceses reaccionaban tras décadas de cerrar los ojos ante los crímenes; de resistirse a admitir la responsabilidad y a adoptar medidas drásticas. En Lourdes afirmaron: Mucho mal se cometió y debe asumirse.

Este siglo, dos obispos, los de Bayeux y Orleans, fueron condenados por la justicia francesa por encubrimiento. Un cardenal, Philippe Barbarin, ex arzobispo de Lyon, condenado y luego absuelto en 2020 por ocultar los abusos cometidos por un cura de su diócesis. En la película Gracias a Dios, de François Ozon, expuso el caso y sirvió para llamar la atención de muchos fieles y a la sociedad francesa del problema e impulsar los cambios que desde entonces la Iglesia lleva a cabo. Otro cardenal, Jean-Pierre Ricard, de Burdeos, admitió en noviembre pasado haber abusado de una niña de 14 años, 35 años atrás, y se sometió a la justicia civil y canónica.

Un resultado de todos los abusos cometidos: en una encuesta sobre creencias religiosas, la mayoría de personas se declaró atea. Eran 34 por ciento en 1947. El motivo principal: el comportamiento del clero y los abusos que ha cometido contra menores.