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Transfieren al mando civil la Agencia de Inteligencia de Brasil
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de marzo de 2023, p. 31

Brasilia. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, transfirió la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), perteneciente al Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), a la Casa Civil, como se conoce a la jefatura de gabinete, encabezada por el ministro Rui Costa, y estrechamente ligada al Poder Ejecutivo, informó ayer el Diario Oficial.

La discusión sobre el movimiento en el GSI comenzó después del 8 de enero pasado, cuando miles de seguidores del ex mandatario Jair Bolsonaro invadieron las sedes del palacio de Planalto, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal, instaladas en Brasilia.

La labor del gabinete durante el intento de golpe de Estado ha sido criticada por el gobierno de Lula, no sólo por la incapacidad para prevenir el suceso, sino para actuar durante y después de los hechos. Desde el suceso, el GSI ha sido alertado por la Abin sobre la posibilidad de una nueva invasión a las sedes de los tres poderes de gobierno del país, según la prensa brasileña.

El hecho de transferir la Abin a la Casa Civil fue planteado por Lula, que eligió a Rui Costa para liderar este ministerio en gran medida por la incomodidad en el seno del nuevo gobierno por la militarización de los servicios de Inteligencia.

Creada en 1999, la agencia es el órgano central del Sistema Brasileño de Inteligencia y se encarga de planificar, coordinar y supervisar las actividades de inteligencia del país sudamericano. Sus acciones tienen como objetivo proporcionar al presidente información en asuntos de interés nacional.

De acuerdo con la ley, el Sistema Brasileño de Inteligencia está basado en la preservación de la soberanía nacional, la defensa del estado democrático de derecho y la dignidad humana.

El GSI actualmente está comandado por el general de reserva Marco Edson Gonçalves Dias, quien fue responsable de la seguridad de Lula durante sus primeros dos mandatos (2003-2010), con la finalidad de depurar a los altos cargos afines a Bolsonaro. Hasta enero, 121 militares han sido designados en puestos de distinta responsabilidad en el gabinete, después de los masivos ceses tras los ataques en Brasilia.