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Despertar en la IV República

Un héroe dudoso y uno verdadero

E

l gobierno ha declarado héroe nacional a Francisco Villa (Doroteo Arango) y durante este año se le recordará.

Se puede estar de acuerdo en que Villa fue un extraordinario guerrillero y un hombre singular como líder y organizador de la División del Norte, pero ¿no tenemos otros personajes para elevarlos a la categoría de héroes? ¿Y qué es un héroe? No es otra cosa que una mujer o un hombre que por sus virtudes puedan servir de ejemplo e inspirar a los ciudadanos a comportarse de modo ejemplar.

Villa fue muy popular en su época, reconocido por el pueblo, particularmente en Chihuahua y en el norte, pero no podemos olvidar la enorme secuencia de sus crímenes ejecutados y tolerados por él; los líderes, oficiales y gente común que fueron pasados por las armas sin motivo alguno por sus órdenes, y tampoco las fechorías y saqueos.

Nunca dejó de ser el bandido de sus orígenes y, si bien tuvo justificación para ponerse al margen de la ley, los abusos que se cometieron en su nombre y por él mismo no pueden ser borrados de la historia. Sin embargo, su origen popular y su valentía lo han convertido en uno de los personajes más brillantes y audaces de la Revolución.

Si buscamos un verdadero héroe, fijémonos en el general Felipe Ángeles, educado en el Colegio Militar, intelectual, culto, el único alto oficial del Ejército federal que se mantuvo leal a Madero y que se unió a la Revolución.

Tenía fama de incorruptible, no toleraba crueldad o injusticia de sus soldados y se oponía a ejecutar a los prisioneros del Ejército federal o de las fuerzas revolucionarias contrarias: un verdadero héroe revolucionario y quizás uno de los pocos líderes que verdaderamente servían a principios y no intereses personales e instintos de poder.

Ángeles tiene una trayectoria impecable en la Revolución. No sólo fue un revolucionario genuino, valiente y vencedor, siempre leal a sus líderes, no sólo a Madero, sino a Villa, y si tuvo varias diferencias con el Centauro del Norte, se debieron a que tenía un concepto distinto y más eficaz de la guerra. Después de la batalla de Celaya, donde quedó aniquilada la División del Norte, estos dos personajes toman rutas distintas sin conflictuarse. Para qué inventar héroes si tenemos a la mano a Felipe Ángeles, un héroe genuino; olvidado, pero no totalmente.