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A qué le temes
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uan Arjón López, de 62 años, periodista de San Luis Río Colorado, en Sonora, dirigía el portal A qué le temes. Un medio de alcance local, que no le daba lo suficiente para vivir y se ayudaba con un empleo en un puesto de comida. Desapareció el 9 de agosto. Más tarde encontraron su cadáver en un paraje del desierto.

El patrón se remite con martilleo siniestro, y sólo en el año 2022 ya la cuenta subió a 16 periodistas asesinados, todos de medios que se transmiten por las redes sociales, donde, y este es un patrón también, se denuncian tramas del crimen organizado, redes de corrupción y abusos de poder.

Y otro patrón también constante: centenares de esos humildes portales, que operan desde la propia casa del periodista, o en pequeñas oficinas destartaladas, de tan escasos ingresos que obligan a los comunicadores a ejercer otros oficios, siguen funcionando pese al riesgo cierto de muerte.

Igual que Salman Rushdie, perseguido a perpetuidad por una fatwa demente, estos periodistas, que nunca han subido a un escenario iluminado a recibir un premio por su valentía y su amor al oficio, han escogido la libertad de palabra como camino que, ya se ve, lleva a la muerte.

No los olvidemos. Su integridad, su coraje ético. Estos son los demás nombres de la lista de periodistas sacrificados en México a lo largo de 2022, uno de los tres países más peligrosos del mundo para ejercer el oficio, junto con Ucrania, tras la invasión rusa, y Birmania, de acuerdo a Human Rights Watch y Reporteros Sin Fronteras:

José Luis Gamboa Arenas, de los portales InfoRegio y La Noticia, asesinado de siete puñaladas el 10 de enero en el puerto de Veracruz. Había denunciado la extorsión que las mafias hacen a los comerciantes con el cobro del derecho de piso, señalando a los delincuentes con nombre y apellido.

Margarito Martínez, fotorreportero acribillado a balazos el mediodía del 17 de enero frente a su casa en la colonia Sánchez Taboada de Tijuana, Baja California. Recibió el aviso de que había un suceso que cubrir, y apenas subió a su auto recibió tres disparos en la cabeza y el cuello.

Lourdes Maldonado López, también de Tijuana, corresponsal. El 24 de enero la mataron dentro de su vehículo de un solo balazo en la cara. En marzo de 2019 había clamado en una de las conferencias de prensa de López Obrador: Vengo aquí a pedir apoyo, ayuda y justicia laboral, porque hasta temo por mi vida, en referencia a una demanda de adeudo salarial interpuesta por ella contra un funcionario a quien, antes de ser asesinada, se preparaba a denunciar por evasión fiscal.

Roberto Toledo, reportero del portal El Monitor Michoacán, y también empleado en un despacho legal, asesinado de ocho balazos el 31 de enero en Zitácuaro, Michoacán, por tres adolescentes que huyeron en motocicleta.

Heber López Vázquez, director del portal RCP Noticias, asesinado el 10 de febrero en Salina Cruz, Oaxaca, dentro del estudio de grabación del medio en el barrio Espinal.

Jorge Luis Camero, El Choche, asesinado de ocho tiros el 24 de febrero en Empalme, Sonora, mientras se ejercitaba en un gimnasio de la colonia Libertad.

Juan Carlos Muñiz, del portal Testigo Minero, asesinado el 4 de marzo en Fresnillo, Zacatecas, mientras conducía un taxi en las calles del fraccionamiento Los Olivos.

Armando Linares López, director del portal El Monitor Michoacán, asesinado de ocho disparos el 15 de marzo cerca de su hogar en Zitácuaro, Michoacán, con lo que el medio de comunicación se cerró.

Luis Enrique Ramírez, director del sitio Fuentes Fidedignas y columnista del portal El Debate, asesinado el 5 de mayo en Culiacán, Sinaloa. Había sido plagiado la noche antes y su cadáver apareció envuelto en plástico en un camino de terracería.

Yessenia Mollinedo Falconi, directora del portal El Veraz, asesinada el 9 de mayo en Cosoleacaque, Veracruz, junto con Sheila Johana García, reportera del mismo medio. Recibieron 16 balazos. Intentando protegerse, sus cuerpos quedaron abrazados dentro del vehículo.

Antonio de la Cruz, reportero de El Expreso, asesinado junto con su hija Cynthia a tiros el 29 de junio en Ciudad Victoria, Tamaulipas, cuando salía de su casa al volante de su vehículo.

Ernesto Méndez, del portal Tu Voz, asesinado el 2 de agosto en San Luis de la Paz, Guanajuato, cuando se hallaba con amigos en una cervecería de la calle El Ferrocarril. Tres más perecieron con él.

Y el último, Freddy Román, del noticiero en línea La Realidad de Guerrero, asesinado a balazos el 22 de agosto en Chilpancingo, cuando conducía su auto.

Horas antes había colgado en Facebook su última columna, Crimen de Estado sin culpar al jefe, dedicada a la publicación del informe acerca de los 43 estudiantes asesinados de Ayotzinapa en 2014.

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