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Falleció Lucio Espíndola; quería que los títeres llegaran a manos de todos

Su hija Amaranta Leyva anunció el deceso del dramaturgo el sábado pasado // Confiaba en el arte como accionador del cambio, dijo

 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de diciembre de 2022, p. 8

El dramaturgo, actor y titiritero Lucio Espíndola (1935-2022), fundador de la compañía Marionetas de la Esquina, murió este sábado a las 21 horas, informó la familia.

Amaranta Leyva, dramaturga e hija de Espíndola, compartió en redes sociales el fallecimiento del creador escénico, quien desde 1973 se dedicó a la producción, exhibición, enseñanza y difusión del arte de los títeres.

Lucio Espíndola fue un hombre honesto, culto, íntegro y perfeccionista; un pensador progresista que puso atención en sitios poco visitados. Confiaba en el arte como accionador del cambio sin ser sometido a ninguna ideología, apuntó Amaranta Leyva.

“Sabía que en las infancias se encontraba más que el futuro, la posibilidad de sobrevivir como humanidad plena. Así, creía más en el humanismo que en los discursos políticos, en la belleza más que en la administración. Era enemigo de la mezquindad y la crueldad.

Desde su llegada de Argentina a México en 1976, a causa de la dictadura militar de la nación sudamericana, se embelesó con nuestro país y desarrolló un profundo amor por sus geografías, sus artesanías y su gente. Se maravilló de la habilidad manual de los mexicanos, de su capacidad para soñar, pero nunca dejó de escuchar a Carlos Gardel. Hoy le decimos adiós, convencidos de que hizo de este mundo uno mejor, comentó la autora.

Lucio Espíndola escribió 13 obras, construyó más de 400 títeres y realizó más de 2 mil representaciones. Diseñó y elaboró títeres y mecanismos para obras como El circo (1976), El jardín (1980), Rita (2016), Dibújame una vaca (2002) e Historias en colores (1991), entre otras. Fue maestro de muchos titiriteros, una persona generosa que creía más en compartir lo aprendido que en guardarse secretos. En México elevó el nivel cultural y estético de ese arte.

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▲ Lucio Espíndola escribió 13 obras, construyó más de 400 títeres y realizó más de 2 mil representaciones. En la imagen, durante una entrevista con La Jornada en 2004.Foto Guillermo Sologuren

El escritor y ensayista José Mariano Leyva, otro de sus hijos, informó que “su partida fue rápida y amable. Lo conocí a mis dos años, y desde entonces forjó mi universo ético y sentimental. Recuerdo que en algún momento de mi infancia, el mar me aterraba. Con paciencia, Lucio me llevó dentro y me enseñó a clavarme en las olas. Me convirtió el miedo en juego. Él tenía ese tipo de poderes. Siempre me escuchó, siempre le dio la importancia necesaria al juego, al cariño. Sabía dar abrazos ‘de romper costillas’. Fue titiritero y gran cocinero. Siempre puso a la belleza por encima del discurso político, la comprensión por encima del sometimiento, la cultura por encima de la ideología política. Compartimos algo más que la sangre, algo mucho más profundo y hermoso”.

Espíndola decidió consolidar en México su sueño de ser titiritero: que los muñecos llegaran a manos de todos. Desde entonces, y sin descanso, junto con la también creadora escénica Lourdes Pérez Gay, su compañera de vida, enseñó ese arte a niños, adultos, maestros y artistas a través de la compañía Marionetas de la esquina.

Sus familiares Lourdes Pérez Gay, sus hijos Amaranta, Emiliano y José Mariano Leyva, junto con colegas y amigos, despidieron y recordaron ayer al titiritero y creador escénico Lucio Espíndola en la agencia funeraria García López, ubicada en Miguel Ángel de Quevedo.