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Sintiéndolo mucho desnuda el alma de Joaquín Sabina, dice Fernando León de Aranoa
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Periódico La Jornada
Miércoles 26 de octubre de 2022, p. 8

Morelia, Mich., El cineasta Fernando León de Aranoa emprendió hace 13 años un proyecto cinematográfico: retratar de forma globular al cantante Joaquín Sabina, con la intención de hacer un documental. La idea era sencilla: contar sin atenuantes la intimidad del músico arriba y abajo del escenario, mostrar sus claroscuros, desnudar su alma. El resultado después de filmar intermitentemente durante todos estos años se concretó finalmente en el largometraje Sintiéndolo mucho, que por primera vez salió a la luz en el 20 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). La película tenía que parecerse mucho a él y para lograr esto debía tener mucho sentido del humor, sabiduría, capacidad de reírse y sobre todo la belleza, que es lo que he percibido en su música y en todo lo que le rodea, dijo el director.

León de Aranoa comenta: Mi primera experiencia con la música de Joaquín Sabina fue cuando compré un disco de él a los 17 años y sentí que me puso un hombro, que me dio abrigo. Narra lo que sientes, pero desde un sitio que te da aliento. Y como dice él de José Alfredo Jiménez, las mejores canciones son las que te prestan un hombro para llorar.

El director de Princesas cuenta que durante el tiempo para realizar el documental, Sintiéndolo mucho, tuvo muchos altibajos y sensaciones distintas. Fue un periodo muy largo y a veces Sabina no podía porque se iba a giras, y en otras, yo iniciaba otro rodaje”.

Relato testimonial

León de Aranoa dice que a pesar de eso, el viaje ha proporcionado muchas emociones; la primera fue la propuesta del músico de compartir un proceso creativo, sin un plan. Me abrió las puertas de par en par e incluso me dijo que le tirara versos y le diera ideas mientras componía. Eso para mí hubiera sido increíble: colocar un verso en una de sus canciones.

Agrega que al principio del acercamiento con Joaquín Sabina “no había un propósito ni plan de hacer una película, pero fuimos encontrándolo sobre la marcha… por momentos quería que no terminara la cinta, sino seguir filmando”.

El reciente ganador del Premio Ariel por El buen pastor dijo que en estos proyectos no sabes dónde desemboca el río. La sensación que siempre tuve es que atesoraba momentos muy valiosos con él y que tenía que compartirlos con el público, por eso propuse una serie de rodajes.

En el viaje, sostuvo el director de Los lunes al sol fueron apareciendo rimas internas, cosas de las que él me hablaba y que 10 años después surgieron de otra manera, lo que dio la sensación de construir un relato con ciertos paralelismos.

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▲ El director español presentó el largometraje en el 20 Festival Internacional de Cine de Morelia.Foto Enrique Castro

–Parece que sí desnudaste el alma de Joaquín Sabina.

–Eso sucede porque él está dispuesto a ello; sabe el valor de no hacer un relato geográfico, sino más o menos testimonial. Es consciente de que eso tiene mucho más valor que mostrar su vulnerabilidad, en la cual está su fortaleza. Sabina ofrece eso. Aunque realmente me di cuenta de que no hay tanta diferencia entre el Joaquín de las canciones y el de la vida íntima.

Para este recorrido por el ser de Joaquín Sabina, el director de Princesas se valió del compositor Leiva para hacer la música.

Este último, que hace apenas unos días atestó el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México, llegó al FICM para participar en las charlas con Fernando León de Aranoa y dijo a La Jornada: “El poder trasformador y curativo de la música se cumple en Joaquín Sabina, porque tiene el superpoder de generar compañía, música, contando las cosas… me da la sensación de que ha acompañado a la gente. Le sucede una cosa muy interesante, las personas en la calle lo abrazan; hay un agradecimiento muy importante. Lo que no le pasa a muchos artistas y eso es trasformador y curativo”.

Sobre una de las escenas de la cinta donde Sabina se ve incómodo por repetir tanto la grabación, Leiva dice: “No soy amigo de repetir, la interpretación siempre se tiene que disfrutar y que salga bien, van de la mano. Podría apretar y apretar a Joaquín y no hubiera sacado nada; se ve claramente que él se da cuenta que tiene la voz más rota. Hay un momento en la peli que le digo ‘está mejor de lo que tú piensas’; se lo comenté no como consuelo, sino porque lo creía. No es que lo estuviera haciendo mejor o peor sino porque él se sentía inseguro; había que identificar eso; de lo contrario perderíamos todos por su indecisión”.

El multinstrumentista añade que la repetición en el estudio es un modo de grabación heredado de años atrás, de una figura jerárquica donde el productor manda. Cuando Joaquín no disfruta, aun con todas las tablas que tiene, se siente inseguro y se quiere retirar del estudio. Hay una cuestión de vulnerabilidad a la hora de cantar en ese sitio que tiene bastante acrecentada y que la cinta lo muestra, misión pertinente del trabajo de Fernando.