Economía
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El crac del 19 de octubre de 1987 esfumó millones en unos segundos

Quienes más perdieron fueron los inversionistas que pidieron préstamos para comprar acciones

 
Periódico La Jornada
Jueves 20 de octubre de 2022, p. 24

El 19 de octubre de 1987, las bolsas de valores, incluida la mexicana, colapsaron, debido a una caída sin precedente de los precios de las acciones cotizadas en dichos mercados. Esta circunstancia convirtió en pobres a muchos accionistas de la noche a la mañana.

La crisis de la bolsa de valores de Nueva York se transmitió con prontitud a las bolsas de Tokio, Frankfurt y Londres, México, entre otras. En sólo 24 horas, las pérdidas en el valor de mercado de estas bolsas fue en conjunto superior al billón de dólares, relató el Banco de México (BdeM) en su informe anual de 1987.

Aunque los índices inflacionarios proseguían aumentándose y asimismo se inflaba la Bolsa Mexicana de Valores, se supravaloraba en los meses precedentes a octubre de 1987, hasta que el 19 de ese mes estalló el llamado crac de la Bolsa Mexicana de Valores –impulsado por la caída, en ese día, de la Bolsa de Valores de Nueva York, con una pérdida de 600 mil millones de dólares, desplome que se encadenaría con las de otras bolsas nacionales de valores, como la mexicana– arruinándose miles de pequeños y medianos especuladores que ignorando los riesgos que se incurrían, especulaban en la bolsa de valores alentados por una bonanza; máxime que los flujos y los reflujos de los movimientos bursátiles mundiales arrastrarían a la misma a una crisis en la que devendrían enormes pérdidas.

La Bolsa Mexicana de Valores perdió tres cuartas partes de su valor. Hubo personas que perdieron todo, casas, ahorros, patrimonio y hasta la camisa porque entró apalancado a invertir en bolsa.

Y es que los pequeños inversionistas no podían entrar a menos que invirtieran al menos 500 mil pesos de ese entonces, así que hubo presión a la Comisión Nacional de Valores (CNV) para que los dejaran participar en este tipo de inversiones que estaban dando un rendimiento de hasta un 10 por ciento mensual, describen historiadores.

La CNV cedió ante esta presión y dio instrucción a las casas de bolsa para que aceptaran a pequeños inversionistas. Así que mucha gente sin experiencia, conocimientos preparación entraron a invertir su patrimonio, su sueldo, las colegiaturas, préstamos hipotecarios, etcétera.

Este hecho tan presente a 35 años en la mente de dos generaciones, aquellos que perdieron todo, y de los hijos que vieron la desesperación de los padres ante semejante pérdida, hizo que la inversión en bolsa se convirtiera en un tabú, y que la gente mantenga pánico de invertir en las mejores empresas del país.

La palabra tsunami no se había popularizado todavía, de otra manera podría haberse empleado ante lo que ocurrió aquel lunes 19 de octubre de 1987. El desplome de la Bolsa de Hong Kong se extendió con mucha fuerza por Europa y, sucesivamente, por Estados Unidos, hasta hacer estrellar al Dow Jones que, aquel día, bajó 508 puntos, un 22.6 por ciento. Se intercambiaron alrededor de 600 millones de acciones, casi el doble con respecto al récord alcanzado el viernes anterior, de 338 millones.