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El sindicato debe ver al futuro, Elba Esther Gordillo es tema del pasado

Contrario a sus antecesores, dejará la dirigencia con la frente en alto

Asegura que el Comité Ejecutivo Nacional no mete las manos en las elecciones seccionales, aunque ofrece marcar más distancia con las instancias encargadas del proceso, además de comprometerse con una reforma estatutaria acorde con la nueva legislación laboral

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▲ Entrevistado en la que fuera oficina del líder de Vanguardia Revolucionaria, caído en desgracia en 1989, Cepeda Salas asegura que dentro del SNTE ya hay varios dirigentes jóvenes.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Martes 4 de octubre de 2022, p. 10

Para la entrevista, Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), eligió, quizá no de manera casual, una construcción en la colonia Del Valle: la que fue oficina de Carlos Jonguitud Barrios.

Aunque despacha ahí, se resiste a hablar del pasado. Porque el pasado, claro, tiene nombre: Elba Esther Gordillo, quien en los pocos años que estuvo interesada en presentarse como líder reformadora, destinó el lugar a la Fundación SNTE para la Cultura del Maestro Mexicano.

–Ya parece telenovela el eterno retorno de Elba Esther. ¿Qué significa ella para el gremio? ¿Es un mito o es como el wifi, que no se ve pero conecta a todos en el sindicato?

–No, es un tema que ha quedado en el pasado, es parte del pasado de esta organización, que no puede ni debe involucionar, sino ver hacia el futuro. Y el futuro son todos esos dirigentes jóvenes que se están haciendo cargo ya de las secciones y que tendrán que hacerse cargo de este sindicato.

–¿Usted ya dejó en el pasado el hecho de que ella lo excluyó del comité en 2012?

–Sí, yo lo superé.

–El SNTE ha sido que ha tenido liderazgos de larga permanencia en el tiempo...

–Sí.

–Que han salido siempre de mala manera. Jonguitud salió...

–Traicionado...

–Con un manotazo del presidente. La maestra Gordillo a la cárcel. Díaz de la Torre prefirió irse para suavizar las cosas, pero ninguna fue una salida tersa. Usted, ¿cómo aspira a salir?

–Con la frente en alto, con la conciencia tranquila, con la solución de los grandes temas que ha tenido la organización.

El SNTE y los presidenciables

Hace unos meses, el SNTE organizó una reunión con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Algunos la interpretaron como una definición del sindicato, y una medida preventiva, dado que hace mucho tiempo es pública la afinidad de otro presidenciable, el canciller Marcelo Ebrard, con Gordillo.

A la pregunta concreta sobre si una eventual candidatura de Ebrard es un riesgo para la dirección actual del SNTE, Cepeda responde con una larga disquisición evasora.

–Ya entendí, ya no toco lo de Ebrard, pero...

–Ah, correcto, muchas gracias. Yo sé por dónde va...

–Vuelvo a Elba Esther. Ella ha logrado fijar la percepción de que fue a dar a la cárcel por una palabrita...

Cepeda vuelve a pedir dejar atrás el pasado, incluso afirma que por eso prefiere mantener un perfil bajo. El de Gordillo es un caso que, asegura, debe juzgar la historia, cuando salgan a la luz más cosas.

La hegemonía naranja en el magisterio

En el marco de la nueva legislación laboral, el SNTE ha llevado a cabo 21 procesos electorales en sus secciones (con voto universal, directo, secreto y nominal).

La dirección nacional tiene delegados en las secciones, fija reglas, emite convocatorias y dictamina los ganadores, ¿dónde está el piso parejo si el Comité Ejecutivo Nacional es juez y parte?, se plantea al dirigente.

Cepeda asegura que ni él ni el CEN han intervenido a favor de ningún candidato y que las reglas las fija el Comité Nacional Electoral. Dicho esto, cuando habla de los procesos siempre usa expresiones que lo incluyen: convocamos, hicimos más flexibles las reglas, permitimos que los jubilados participaran.

La democracia sindical llegará algún día, pues el dirigente ofrece marcar más distancia entre la dirección del sindicato y los comités electoral y de vigilancia, para dotar a estos órganos de mayor autonomía, así como una reforma estatutaria para alinear los documentos del SNTE con la nueva legislación laboral. Después de 2024, claro.

Los procesos en las secciones han contado con la vigilancia de las autoridades laborales, pero esa tarea casi se reduce al día de las votaciones, cuando ya las ventajas de las planillas institucionales de color naranja han hecho lo suyo.

A los reclamos, se ha respondido con magnanimidad: “Flexibilizamos los padrones. Nadie tiene, en cada estado, cómo está la membresía de las secciones. De tal forma que tiene que estructurarse, se da un mes y medio para revisar el padrón, para ponerlo a consideración y que lo revisen también los aspirantes.

–En una mesa, porque no se los entregan.

–No se entrega porque también tenemos restricciones con la Ley de Protección de Datos Personales. Pero con su INE y su talón de pago, donde consta que aporta su cuota sindical, se permite a todos emitir su sufragio. Lo hemos flexibilizado y quizá por eso también no se ha dado una protesta generalizada.

Con una excepción (la sección 15 de Hidalgo, donde se le atravesaron viejos conocidos ligados al gremio), las planillas color naranja (que identifica institucionalmente al SNTE) han ganado todos los procesos.

–Siendo el SNTE tan diverso, ¿cómo es que sólo le han ganado una sección a las planillas naranja?

En lugar de responder, el dirigente insiste en que él no ha metido las manos y que ni siquiera les toma llamadas a los interesados en contender. Ni les contesto los mensajes de WhatsApp.

–El SNTE tiene que negociar el relevo con el gobierno estatal. ¿Obtener de alguna forma el visto bueno de la gobernadora o gobernador?

–No. Sí visitamos a los gobernadores antes, para pedirles que respeten la autonomía y el voto libre, porque luego les da tentación, a los funcionarios de Educación sobre todo, de involucrarse. Hemos tenido casos de gobernadores que han formado planillas… Hasta ahora no han logrado el objetivo.

–¿Siempre ha habido mucha tentación de los gobernadores de meter mano al SNTE?

–Sí, porque las maestras, los maestros están en todas partes, tienen mucha experiencia en la participación en procesos de carácter político electoral y son un segmento social muy apetecible para cualquier gobierno.

–Y en estos tiempos para cualquier corcholata, ¿no?

Cepeda responde con una risa y evade:

–Sí, para nosotros lo importante es que se conserve el carácter nacional y unitario del sindicato, aparte de la democratización que tiene que perfeccionarse.

–Las planillas color naranja tienen a todos los secretarios delegacionales, que llevan 10 años en sus cargos… Pongamos el ejemplo de la sección 50 (Nuevo León), llevan 10 años y controlan el servicio médico, ¿cómo no van a tener ventaja si otorgan los pases médicos?

–Tuvimos ahí nueve planillas y es una sección muy compleja por ese hecho, de que hay de por medio intereses económicos muy importantes.

–Sesenta y tantos millones de pesos mensuales…

–Y la gente a veces prefiere ser presidenta o presidente de los servicios médicos que ser secretario general. Sin embargo, se dio algo que a mí me pareció extraordinario, que quedó como secretario general un joven maestro, de 42 años. En esa sección tuvimos especial cuidado. Le pedimos al tribunal que nos ayudara con la observación más minuciosa, más seria y objetiva.

En el cierre, Cepeda Salas habla de su sindicato como ejército intelectual de la 4T aunque, dados los tiempos acelerados de la sucesión presidencial, ya no lanza un guiño al actual gobierno. Dice, en cambio, que el SNTE ha sido siempre el ejército intelectual de Estado mexicano. Lo fue con Lázaro Cárdenas y con José López Portillo, incluso con Vicente Fox y Felipe Calderón, asegura. Omite mencionar a Enrique Peña Nieto, cuya reforma educativa recibió el respaldo del propio dirigente.

Una frase final resume el inveterado pragmatismo de los líderes magisteriales: Las y los maestros han sido un gran apoyo para los presidentes en turno, sin importar el perfil del jefe de las instituciones.