Opinión
Ver día anteriorDomingo 12 de junio de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Despertar en la IV República

La línea democrática

Bajo la lupa

¿Cumbre de la OTAN (sic) en Los Ángeles o de las Américas?

José Agustín Ortiz Pinchetti
Alfredo Jalife-Rahme
Mirar al sur

EU: el Senado no aprobará ni un tibio control de armas

Desde otras ciudades

Manifestaciones contra la guerra en Berlín y sus consecuencias para la economía alemana

Ángel Guerra Cabrera
Mar de historias

De entonces y de ayer

¿La fiesta en paz?

¿Anti yanquis pero pro yanquis? // ¿Puntilla a 496 años de toros? // Aguas, aspirantes, no por animalistas sino por su inclinación a prohibir sin bases

Cristina Pacheco
Leonardo Páez
EU: abandonar el culto a las armas
L

a masacre perpetrada el 24 de mayo pasado en la localidad de Uvalde, Texas, en la que 19 niños de educación primaria y dos profesoras perdieron la vida, reavivó las fuerzas sociales que pugnan por poner fin al sinsentido de la posesión irrestricta de armas de fuego en Estados Unidos. Ayer, decenas de miles de personas participaron en más de 450 actos y marchas en ciudades y pueblos estadunidenses para clamar ¡ya basta! al descontrol sobre estos dispositivos que ya han matado a casi 20 mil individuos y han sido usados en 257 tiroteos masivos en lo que va del año, cifras sin punto de comparación con otras naciones desarrolladas. En Nueva York, una reverenda cristiana instó a sus compatriotas a abandonar el culto a las armas y sacar a los políticos que apoyan a la Asociación Nacional del Rifle, el mayor organismo de promoción del armamentismo.

El Correo Ilustrado

La lluvia nos acarició mientras oíamos cantar a Silvio Rodríguez

E

l rabo de nubes negras le negó la entrada a la Luna y sonriendo burlón, contenía la respiración, es su plena temporada y con su carcajada prepotente amenazaba dejar caer el peso de la tormenta, le respetó a Vivir Quintana, la fémina hecha y echando toda autoridad del poema dolorosamente rabioso feminista de su canto sin miedo. Y apareciste, como siempre, lleno de tu más noble soberbia, con tu buenas noches de voz caribeña, justo la amenaza tormentosa se convierte en una caricia de lluvia condescendiente ante la gran indiferencia de todo el personal, de tu nuevo encuentro con tus siempre fieles encontrados, y no le quedó de otra, más que acariciarnos, y empezó el siempre mismo y cada vez tan diferente mejor recital, pausadamente demoledor del sentimiento, la caja de cuerdas en tus manos le hacía, por enésima vez, la faena en el ruedo del Zócalo azteca y todas las demás tribus, y, faltaba más, tu garganta, atrincherada en la eternidad, confundida la vieja y la joven, juro, hizo asomar a la Luna, sonriendo traviesa, y nos las pusiste a desfilar por todas las pupilas. ¡ojalá!, voces a capela furibundas irrumpen el silencio estruendoso, tu sonríes y les pareces decir, estamos calentando y retando poco a poco al erotismo, ojalá, carajo, necios del necio, ese es el orgasmo, va al último y háganle como quieran.

¿Sirve el acuerdo nuclear con Irán?
V

olvemos a la disputa por la energía nuclear. De amenazas graves pasan a la revisión de los acuerdos ya establecidos y a la solicitud de modificaciones. Lo importante es satisfacer a cada una de las partes.

Las crisis opacas
H

ablar de crisis se ha vuelto redundante. Más que un acontecimiento traumático y portador de cambios significativos, se ha vuelto algo así como un estado de ánimo cansino, apático. Parece que entre nosotros la crisis ha perdido todo significado y, lo más grave, todo impulso para apurar algún cambio.

Antonio Gershenson
Rolando Cordera Campos
Brasil: tensión, tensión y más tensión
A

tres meses y medio de las elecciones generales, en Brasil se percibe una tensión que no hace más que incrementarse de manera acelerada cada día.

Hidrocracia y crisis hídrica
E

stamos viviendo una crisis hídrica. La guerra por el agua, le llaman unos, crisis civilizatoria, otros. Lo cierto es que en varios lugares del país hace falta el líquido para el consumo humano y la satisfacción de las necesidades más elementales para una vida digna; lo mismo en el norte que en el sur, aunque las formas en que se manifiestan son distinta en cada región. Mientras en el norte se presenta como escasez y los afectados truenan contra los municipios encargados de brindar el servicio, en el sur las comunidades se las arreglan como pueden y muchas veces se confrontan entre ellas para obtener el líquido. Llama la atención que para atenuar los efectos de esta crisis, los gobiernos estatales o municipales acudan al racionamiento del agua de consumo humano, pero no hagan nada para limitar su uso en actividades lucrativas: las empresas mineras siguen contando con el recurso hídrico suficiente para seguir sus labores; lo mismo sucede con la agricultura de exportación, aunque desde el gobierno se diga que la prioridad es la del tipo doméstico; la industria también sigue recibiendo la cantidad necesaria para funcionar.

Eric Nepomuceno
Francisco López Bárcenas
Amor a los libros
M

ucho se discute en estos tiempos si la vertiginosa era tecnológica que vivimos, que entre otras, ofrece la posibilidad de leer casi cualquier obra en medios electrónicos, es el fín del libro de papel. Los de la generación del Inapam sostenemos que nunca se va a acabar, que ambos soportes van a coexistir. Se insiste en el placer que brinda sentir el papel, su olor, en muchos casos disfrutar del diseño y un bella portada; es un objeto personal.

Las Patronas, 27 años de compartir
Foto
▲ En 1995, las hermanas Romero Vázquez iniciaron sus idas cotidianas a la estación de Amatlán, donde esperan el paso del tren para dar comida y agua a los migrantes que vienen de Centroamérica. Ahora ya cuentan con un albergue. Foto Alfredo Domínguez
Ángeles González Gamio
Elena Poniatowska
El hoyo en la cerca
U

na escuela de la desigualdad. La llegada cada año de un nutrido grupo de estudiantes adolescentes, de clase acomodada, al campamento escolar Los Pinos, cercano a un poblado indígena, es motivo de alborozo agradecido para los habitantes que reciben, como donativos, despensas y ropa usada por parte de los dirigentes del plantel. Los alumnos observan con desconcierto y recelo ese ritual de caridad forzada que consiste en aliviar las necesidades básicas de la misma población pobre que sus maestros les han enseñado a considerar como una horda de salvajes rencorosos de los que siempre será prudente desconfiar. No se acerquen a los nativos es la primera regla de seguridad que deben acatar los púberes criollos, de estricta formación religiosa, adiestrados para preservar los privilegios de la clase social a la que pertenecen. Todo el campamento es un área protegida por una larga cerca alambrada que separa este microcosmos de la civilización cristiana de aquel mundo extrañamente hostil de quienes en otro tiempo, no muy lejano, se abandonaban a prácticas paganas que incluían los sacrificios humanos. Cuando los alumnos se percatan de que en la cerca alguien ha practicado un agujero misterioso, cunde la alarma por no saber si alguna bestia depredadora o alguno de los nativos tan temidos (Tengo miedo que un fantasma mexica se nos aparezca, confiesa un joven), pudiera representar una sola y misma amenaza.

Carlos Bonfil