aluvión extraño de entretenimiento aleatorio
Lunes 6 de junio de 2022, p. a12
¿Qué es eso, en el cielo? ¿Es un pájaro? ¿Es un tejón? No, era Brian May, ascendiendo desde lo alto de un escenario construido alrededor del Memorial Reina Victoria. Tocaba We Will Rock You, acompañado por una legión de bateristas de la Guardia Real, todos martillando el ritmo de las palmas y haciendo bigotes de Freddie Mercury con sus baquetas. Fue el concierto del Jubileo de Platino en vivo. Hubo música, baile y rareza insondable, según reportó The Independent.
En un momento dado, Stephen Fry elogió a la reina por tolerar a los primeros ministros
, mientras Lee Mack bromeó sobre el escándalo Partygate frente a Boris Johnson, quien estaba ahí. En una reseña en The Independent, Mark Beaumont lo calificó como uno de los aluviones más extraños de entretenimiento aleatorio jamás organizado
.
El concierto fue el acto televisivo más visto de 2022. El concierto en vivo se realizó en el Palacio de Buckingham el sábado por la noche.
El espectáculo comenzó con un sketch de la reina tomando el té con el oso Paddington. Siguieron George Ezra, Elton John, Rod Stewart y Diana Ross.
Durante dos horas y media, tres escenarios, instalados frente a las puertas del Palacio de Buckimham, produjeron actos sin pausa. Cada artista agotó todos sus shows más conmovedores en pocos minutos, que fueron preciosos en el escenario. Fue como si arrancaran nombres de su lista de elenco y los arrojaran con frenesí, con la intención de crear un espectáculo que se pareciera a las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos.
El efecto fue similar a acurrucarse como una pelota en el suelo mientras se es brutalmente golpeado por 70 años de cultura. Fue difícil elegir la yuxtaposición cultural más impactante de la noche, como la oda pop al estilo de los años 80 de Mimi Webb, o Andrew Lloyd Webber al entrevistar a Lin-Manuel Miranda de Hamilton, en una canción, al piano. Eso fue sólo la introducción de una exhibición rápida de musicales que los dos mencionados hicieron.
Las cosas se tornaron con menos aliento tras ver a Adam Lambert, cantante de Queen, vestido como un sultán en una tumbona, que le dio a su grupo la emoción de programa de talentos de televisión que nunca necesitó, mientras Don’t Stop Me Now se convertía apresuradamente en We Are the Champions. Desde un tocador púrpura, el productor Jax Jones presidió un carnaval de pop latino, rap y R&B, presentando a los invitados Stefflon Don, Mabel y John Newman como si realizaran un curso de TikTok.
Duran Duran pasó por un Notorious lleno de funk con Nile Rodgers, luego organizó un desfile de ciencia ficción para Girls on Film mientras todo el frente del palacio se convertía en una pantalla gigantesca.
Los actos más exitosos fueron el de Alicia Keys, que interpretó un soul-pop apasionado como Girl on Fire y Empire State of Mind (Part II) Broken Down, de pie en su piano con una capa negra regia como si tratara de saltar la línea al trono. Celeste cantó What a Wonderful World como una tormenta en el cielo sobre el magnífico respaldo orquestal de Hans Zimmer.
Al final, la grandilocuencia comenzó a bombardear. Una interpretación de Climb Ev’ry Mountain de The Sound of Music con Mica Paris y Nicola Roberts se volvió dolorosamente exagerada, y la cabeza de cartel, Diana Ross pudo sincronizar sus labios, mal, pero dulcemente, a través de Chain Reaction y Ain’t No Mountain High Enough; sin embargo, nos encantó a todos.