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Putas, activistas y periodistas, libro que no romantiza el trabajo sexual

Gloria Muñoz, columnista de La Jornada, ayudó a un grupo de personas a narrar sus historias de la calle en el taller Aquiles Baeza, que duró siete años // El resultado es una obra publicada por Desinformémonos Ediciones y la Brigada de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez

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▲ En la imagen, Krizna y Sandra Montiel, participantes del taller, y Gloria Muñoz, en medio, posan con el libro Putas, activistas y periodistas, que se presenta mañana en el Multiforo Alicia.Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de junio de 2022, p. 6

Con un libro bajo el brazo que les tomó siete años escribir, Krizna y Sandra Montiel se presentan: Somos putas, sí, pero también activistas y periodistas. Publicado por Desinformémonos Ediciones y la Brigada de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, el volumen incluye 16 entrevistas con algunas de sus compañeras trabajadoras sexuales, relatos crudos, con la profundidad que da la confianza con el interlocutor.

Se trata del resultado del taller de largo aliento, titulado Aquiles Baeza, impartido desde 2009 hasta la fecha por Gloria Muñoz Ramírez, directora del portal Desinformémonos y columnista de La Jornada, quien recuerda que fue invitada por una agrupación que atiende a mujeres que se dedican a la prostitución en la Ciudad de México a escribir sobre el tema.

Pero la también reportera rechazó la propuesta, porque no sabía nada de la calle, no era mi fuente; entonces, reconociendo mi absoluta ignorancia, les ofrecí que lo hicieran ellas, que a lo que sí me animaba era a hacer un taller para que comenzaran a escribir, detalla en entrevista.

Jamás imaginaron las participantes que iban a durar más de un año, continúa, “pero el curso se convirtió en parte de nuestra vida, compartimos alegrías y dolores, todo. Este 2022 cumplo 35 años en el periodismo y ha sido una de las experiencias más hermosas que he tenido, completa, integral, porque más allá de que fuera la coordinadora, aprendí muchísimo de ellas.

Mi concepción de periodismo se hizo añicos

“La calle se trasladó a nuestras sesiones, que se transformaron en un pedacito de realidad, pues hubo de todo: conatos de peleas, mucho llanto, mucho albur, mucha risa. Mi concepción tradicional del periodismo se hizo añicos, pues se fue modificando al llevar las herramientas clásicas del oficio a un grupo diverso de trabajadoras sexuales, con toda la seriedad que se necesitaba.

Leímos a Kapuściński; vimos el qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué; hubo talleres de fotografía. Algunas comenzaron desde aprendiendo qué era una computadora. La edición final del libro la hicimos entre cinco personas; en el taller participaron alrededor de 15, y durante los siete años básicamente trabajamos nota informativa y entrevista.

El resultado es un libro que se titula, precisamente, Putas, activistas y periodistas. David Avendaño Mendoza, Krizna, explica a La Jornada que decidieron poner la palabra putas por delante, primero por ironía, “pero también para retar, porque los textos no sólo están dirigidos a padres de familia y estudiantes, para que conozcan la realidad de nuestro trabajo y se cuiden las niñas de no caer en manos de padrotes, a los que tan bien conocemos. También queremos que las autoridades se enteren de nuestras vivencias, qué pedimos, por qué luchamos y, sobre todo, este libro va para quien tenga una doble moral y dejen de satanizarnos.

“Hemos luchado por muchos años por que se nos reconozca como ‘trabajadoras sexuales’, pero entre nosotras nos decimos ‘putas’. Tiene que ver con la confianza; entre nosotras nos podemos llamar así, no se lo permitimos a alguien externo, pues cuando otras personas nos ponen ese calificativo es ofensivo.

“En nuestro proceso como activistas nos rechazan con esa estigmatización por parte de las autoridades y de la sociedad, por ejemplo, al pedir una reunión con un alcalde o un diputado, su respuesta siempre es: ‘No, con las putas no queremos nada’.

“Somos putas, sí, pero también activistas y periodistas, y eso es refrendar una lucha contra la discriminación que sufrimos. Este libro es necesario porque no solamente tenemos que llenar calles y plazas con protestas, sino también es importante que haya textos que escriban las putas; que comuniquen las putas como periodistas.

“Que el lector pronuncie la palabra ‘putas’ con empatía y la aterrice en su lugar exacto. A muchas compañeras les han quitado a sus hijos ‘por ser putas’, no las llaman trabajadoras sexuales, no ven su historia, no saben el porqué decidieron tomar una esquina. Hay que reflexionar acerca de esa realidad.

“El taller Aquiles Baeza fue un ejercicio de aprendizaje. Qué gusto que algunas de las compañeras entrevistadas también quieran aprender a ser periodistas, de esto se trata el libro, que inspire a las personas. Sobre todo, que vean que sí se pueden hacer cambios en la forma de pensar, pero para ello se necesita un trabajo colectivo para un bien común.”

Un trabajo como cualquiera

La tallerista Sandra Montiel dijo que lo más grato de la experiencia de convertirse en periodista “fue el compañerismo que hasta la fecha mantenemos. Una de mis fotos fue seleccionada para la portada. Fue muy fuerte escribir las historias de mis compañeras, describir de dónde surgió su idea de irse a parar a una esquina, sus circunstancias, situaciones y motivos: para salir adelante o para ayudar a la familia. Si bien son historias totalmente diferentes, algunas muy bizarras y llenas de dolor, o de pasión, al final, son relatos que todas compartimos.

“Ahora, como periodista, me gustaría entrevistar a Carlos Salinas de Gortari, mirándolo a los ojos mientras le hago las preguntas, ver su expresión al responder. Hace un par de meses, una política fue por donde vivo a dar una plática. La observé y de inmediato supe que todo lo que decía era mentira, por su forma de expresarse y moverse. Me acerqué a hablarle y me rechazó totalmente, creo que la intimidé. Así me gustaría hacer con Salinas, conocer a fondo por medio de una entrevista a uno de los personajes más polémicos que ha habido en la historia política del país.

Espero que quienes tengan el libro y lean la vida de mis compañeras se den cuenta de que nuestro trabajo es como cualquier otro, sólo que nosotras ocupamos nuestros genitales como herramienta, pero es un trabajo tan honrado como cualquiera, también con sus riesgos, los mismos que afronta un periodista al que pueden asesinar por publicar una nota. Aportamos a la sociedad y nos estamos preparando para influir en las decisiones políticas; nos estamos haciendo visibles.

Muñoz Ramírez puntualizó que este trabajo editorial y el taller mismo “no romantizan el trabajo sexual, pues tampoco lo queremos en nuestras vidas. No es una apología. Ninguna de ellas soñaba de niña ser puta. Un sistema injusto y desigual las llevó a tomar esa opción en algún momento de su vida, pero ahora, que ya lo hacen, debe ser en condiciones justas y dignas, sin que las extorsionen.

Este libro es para ayudar a evitar la trata de personas, para llevarlo a las escuelas y prevenir a las mamás, para decir a las niñas y adolescentes que tengan cuidado. Es un trabajo preventivo que no estigmatiza el trabajo sexual, lo sitúa en una realidad.

Putas, activistas y periodistas se presenta este martes 7 de junio, Día de la Libertad de Expresión, a las 18 horas en el Multiforo Alicia (avenida Cuauhtémoc 91 A, colonia Roma). Participan los periodistas Hermann Bellinghausen y Adriana Malvido; la actriz Ofelia Medina hará una lectura dramatizada.