La reforma que restructura al Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) fortalece la figura de la presidencia, a cargo de Patricia Avendaño, y del consejero electoral Bernardo Valle, de quien dependerá, principalmente, la labor de fiscalización de recursos de agrupaciones políticas y organizaciones ciudadanas.

Las modificaciones aprobadas por el Congreso local incrementan las facultades de las secretarías Ejecutiva y Administrativa, respectivamente, que dependen de la presidencia. La primera tiene a su cargo la Dirección Ejecutiva de Asociaciones Políticas, que se coordina con la Comisión de Asociaciones Políticas, a cargo del consejero Bernardo Valle, de quien dependerá la facultad de fiscalizar, que implica el análisis del origen y destino de recursos de agrupaciones políticas, partidos, organizaciones y candidatos.

La Secretaría Ejecutiva controlará la vinculación con organismos externos, como alcaldías, organizaciones de migrantes y universidades, y dará seguimiento a los 33 distritos electorales.

Por conducto de la Secretaría Administrativa, la presidencia controlará las actividades del Centro de Formación, encargado de capacitar y evaluar al personal administrativo y de honorarios, y del reclutamiento de consejeros electorales distritales y asistentes, lo que implica inspeccionar el acceso al instituto de personal operativo durante un periodo electoral.

En tanto, trabajadores del IECM continúan con la presentación de juicios laborales contra la ley de austeridad local. En días recientes se registraron un par de medios de impugnación de colaboradores adscritos a la Unidad de Género –la cual desaparecerá con la reforma– para exigir el pago de prestaciones como vales de despensa y el fondo de ahorro.