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En Cuba, el libro vive
El Salvador presenta en la feria editorial una versión en náhuat de El principito

Esta adaptación es un homenaje a las generaciones que fueron calladas a inicios del siglo XX, que por miedo relegaron su lengua original, señalaron autoridades culturales de ese país

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▲ Fragmento de la portada del libro Ne Kunetatuktianitzin, versión en náhuat de la obra de Antoine de Saint-Exupéry, cuya esposa era salvadoreña.Foto PL
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de abril de 2022, p. 4

La Habana., Con el título Ne Kunetatuktianitzin, la historia de El principito llegó a la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH) en náhuat, lengua de los ancestros indígenas de El Salvador. La primera obra literaria del francés Antoine de Saint-Exupéry fue traducida a ese idioma (conocido también como pipil y que no debe confundirse con el náhuatl del centro de México) y forma parte de la colección Yultaketza, nueva línea editorial en lenguas originarias de la Dirección de Publicaciones e Impresos del Ministerio de Cultura del país centroamericano.

La obra evoca las conexiones de Saint-Exupéry con aquella cultura ancestral, pues pocas personas conocen que la esposa del autor, Consuelo Suncín, era salvadoreña, oriunda del Sonsonate, recordó el embajador de esa nación en la isla, David Cruz.

El diplomático se refirió a teorías manejadas por los expertos, las cuales apuntan el papel de Suncín como inspiración de la obra, en especial del personaje de la rosa, así como las descripciones del paisaje como la cadena volcánica existente en uno de sus mundos imaginarios. Con la traducción a cargo de Valentín Ramírez, tras una década de trabajo, el volumen se suma a la extensa lista de ediciones realizadas de esta historia, llevada a unas 475 lenguas.

Esta versión de El principito es para las autoridades culturales de El Salvador un homenaje a todas aquellas generaciones, hombres, mujeres, hijos, hijas, hermanos, padres y madres que fueron callados a principios del siglo XX, en alusión a la tragedia que vivieron los pueblos indígenas a partir de 1932, cuando el náhuat se silenció debido a la masacre ordenada por el gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez.

Los pocos nahuahablantes que quedaron con vida trataron de ocultar su lengua y relegarla al uso apenas doméstico, por miedo. Pese a ese episodio de la historia, el presente y el futuro es nuestro refugio; es hora de reivindicar la memoria y la grandeza de nuestras raíces para darles valor y poder, consideró la ministra de Cultura salvadoreña, Mariemm Pleitez, en febrero, cuando se lanzó la edición.

Ne Kunetatuktianitzin está disponible en el módulo salvadoreño en la sede principal de la FILH, el complejo histórico militar La Cabaña. El libro completa la colección que El Salvador presenta en la fiesta de las letras habanera, donde también destacan obras del poeta Roque Dalton y de la escritora Claudia Lars.

“Tenemos también el ejemplar Altares, que cuenta desde la visión de las víctimas las historias de las mujeres asesinadas en la masacre de El Mozote”, apuntó Cruz, al tiempo que recordó la mancha sangrienta de esos hechos cometidos por el batallón Atlácatl de las Fuerzas Armadas contra la población civil en diciembre de 1981.

Figuran en la selección, expuesta en el encuentro hasta el 30 de abril, dos tomos dedicados a la historia de El Salvador, así como textos de mitología cuscatleca, en los que se promueven cuentos y leyendas de origen maya en el país, entre otros.