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Proyecto de tres años rinde frutos

Apicultura en Mochitlán, odisea de amor
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Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Martes 4 de enero de 2022, p. 22

Mochitlán, Gro., Cuando Edna Patricia Solano Catalán instaló su apiario, hace tres años, lo hizo de forma empírica. No sabía cómo cuidarlas, sólo disfruté todo este tiempo la convivencia con estos importantes insectos; es una maravillosa odisea, dice.

Ahora ya tiene 21 colmenas rodeadas de árboles y de algunas parcelas cercanas de campesinos que practican la siembra de temporal. Y ya empieza a producir.

El año pasado, explica, tuvo la primera cosecha de miel, de 200 litros; en noviembre pasado, la segunda: 260 litros de 15 colmenas (las restantes no produjeron). Para finales de marzo o abril de 2022 podría extraer otro tanto.

En la primera cosecha no tuve los cuidados suficientes, hasta que encontré al profesor Oziel Jiménez Silverio, un veterano apicultor que tiene mucho amor a las abejas. Me asesoró directamente en el área de colmenas: cómo alimentarlas, cómo protegerlas de sus depredadores, que son sapos, iguanas y ácaros llamados varroa, que son los más difíciles de combatir.

Por las cajas de las colmenas tienen una base angular y están a 50 centímetros de altura del piso, lo que imposibilita que los enemigos de estos insectos trepen.

Aunque la mayoría de los productores de miel ofrece el litro en 130 pesos, hay quienes la venden hasta en 150. Ella fija el precio según la inversión y la ubicación y accesibilidad de las colmenas.

Su colega Jiménez Silverio, con 38 años de apicultor, explicó que México ocupa el sexto lugar mundial en producción de miel y Guerrero es noveno en el ámbito nacional. Agregó que durante el año este alimento se cosecha tres veces, pero en temporada de lluvias, cuando el néctar escasea en las flores, las abejas no tienen ni para su propio consumo y entonces hay que alimentarlas con un jarabe preparado con un kilo de azúcar por dos de agua y zumo de limón, para evitar que enfermen.

Félix Rosales es otro apicultor, de origen veracruzano radicado en Guerrero desde hace un par de años y con 10 de experiencia. Advirtió que quienes se dedican a esta actividad deben tener mucho amor por las abejas, más si se considera que son importantes en el equilibrio del ecosistema y en la polinización, que permite la producción de 80 por ciento de los alimentos del campo.

Por último, recomienda a los consumidores hacer una sencilla prueba para evitar que les vendan jarabes: colocar una porción de miel en un plato de vidrio trasparente, agregar un poco de agua y sacudir. La miel tomará la forma de un panal porque tiene memoria.