Como la marea, en ciclos y con altibajos, como en todo, así transcurre la vida de un boxeador, describe Francisco Bandido Vargas, ex campeón mundial superpluma y actualmente aspirante en la complicada división de los ligeros. En 2022 no será fácil, admite, abrirse camino a los 36 años en una categoría reple-ta de talento, valentía y juventud.

A veces, cuando se está en la cima, se ponen condiciones, explica; otras, cuando uno quiere abrir camino, toca acatarlas para que te brinden una oportunidad.

Bandido es un peleador de larga experiencia y acostumbrado a ofrecer batallas que rayan en lo épico, ganó un campeonato después de levantarse de la lona y ha defendido el cinturón con el rostro ensangrentado.

En esta división de peso ligero ahora es como empezar otra vez, explica Vargas; es complicado, porque es una categoría que está caliente, con nombres pesados y grandes, pero muy grandes peleadores.

Volver al protagonismo

En 2022 espera volver al primer plano de la división. Debe, por tanto, no sólo ser muy entregado en el trabajo, sino también en el otro boxeo, el de las negociaciones entre promotores. Necesita encontrar un rival de mucho prestigio que le permita volver a ser protagonista en una categoría.

Con tantos peleadores disputando los primeros sitios se complica, pero también abre posibilidades, hay más opciones y llaves que se pueden armar, confía.

En semanas recientes irrumpieron nuevas figuras. George Kambosos sorprendió a Teófimo López y éste, a su vez, había destronado a Vasyl Lomachenko. A ellos se suma el mexicano Isaac Pitbull Cruz –anterior rival del Bandido–, quien aun sin ganar recibió reconocimiento por enfrentar a Gervonta Davis.

Ese tipo de sorpresas son las que animan a seguir, cuenta Francisco; porque en el boxeo nada está definido, más que en cualquier otro deporte, y uno debe trabajar du-ro para irrumpir como lo hicieron Kambosos o Teófimo.