Son sitios de construcción colectiva
El gobierno federal propone entregar a cada alumno los recursos para el pago de alimentos y vivienda
Domingo 8 de agosto de 2021, p. 4
Los internados y comedores de las escuelas normales rurales no sólo son espacios físicos, sino de construcción colectiva. Generan un acercamiento a las culturas campesinas e indígenas. Son lugares de intercambio cultural, lingüístico y educativo, afirmaron especialistas, quienes advirtieron que de concretarse la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de entregar becas de manutención a cada estudiante para el pago de alimentos y vivienda, sería un grave retroceso y un golpe mortal al normalismo rural
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Ruth Mercado, investigadora del DIE-Cinvestav y experta en temas educativos, afirmó que su implementación sería como dispersar a los estudiantes y privarlos de estos espacios de construcción colectiva que son fundamentales para su formación académica, y que se han convertido en un patrimonio de la educación y del normalismo mexicano
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En entrevista por separado, Tanalís Padilla, profesora-investigadora del Instituto de Tecnología de Massachusetts, destacó que el internado y el comedor son espacios centrales para las normales rurales, pues permiten consolidar su esencia colectiva
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Desde su creación en los años 20 del siglo pasado, dijo, nacen con una visión colectiva y se crean con internados, precisamente para agrupar a los estudiantes, darles albergue y comida porque tienen una estrecha vinculación con las comunidades campesinas e indígenas, donde la participación colectiva es central
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Estudiantes normalistas rurales afirmaron a La Jornada que no podemos aceptar una propuesta que parte del desconocimiento de la importancia de nuestros internados y comedores. No sólo es el lugar donde vivimos, es también el espacio donde nos encontramos como estudiantes y futuros maestros rurales
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Venimos de familias donde se gana cien pesos al día, que no dan para poder estudiar, afirma una alumna de segundo grado de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá, y las normales rurales nos dan la oportunidad de tener una educación. Ahí nos dan desayuno, comida y cena y un dormitorio, eso para nosotros es mucho
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En los internados y comedores, señala, convivimos, cocinamos, hacemos material para los niños y aprendemos juntos, porque si hay algo que yo no sé mis compañeras me enseñan, nos compartimos ideas y eso es importante, porque hay quienes traen un conocimiento distinto y yo otro, y al compartirlo aprendemos más
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En Mactumactzá, afirma, se hablan muchas lenguas indígenas, yo soy hablante de tzotzil, otros de chol, tojolabal y tzeltal, y ahí nos encontramos. Hay muchas variantes de mi lengua, y en el comedor o el internado nos ponemos a platicar y compartimos palabras que unos hablamos y otros no, hacemos limpieza, materiales y todo lo hacemos en conjunto, es como otra escuela
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Juan Manuel Rendón, profesor, investigador y ex director de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), destacó que desde 1922 las normales rurales surgen como una opción educativa y de vida para los sectores más empobrecidos del país, pero también nacen estrechamente ligados a una visión de lo colectivo y de la búsqueda de la justicia social.
Aplicar un programa que busque desaparecer sus internados y comedores, dijo, sería como aplicar la política neoliberal del váucher educativo o las escuelas chárter para acabar con un dispositivo pedagógico fundamental para la formación del maestro rural. Acabar con los internados sería como dinamitar los cimientos de un edificio
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