La iniciativa de reforma a la Ley del Infonavit propone otorgar créditos sin intermediarios, permitir al trabajador solicitar préstamos cuantas veces lo requiera, apoyo para la construcción o remodelación y créditos para refinanciar otros adquiridos con los bancos.

De prosperar el proyecto –el cual ya tiene el visto bueno de la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados– y de alcanzar la autorización en instancias internas del organismo, se darían además créditos a derechohabientes sin relación laboral.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que con la reforma se terminará la política corporativa y la transa en la construcción de casas mal hechas, en zonas alejadas y caras.

Señaló que en los años recientes surgieron empresas, como hongos después de la lluvia vinculadas a políticos que compraban terrenos por hectárea, baratos, en cerros, en zonas donde no hay transporte ni agua, sólo con el fin de hacer negocio con el dinero de los créditos de los trabajadores, a cambio de huevitos de 35 metros cuadrados en unidades de alto riesgo. Entonces, eso ya se termina, advirtió.

Adiós a intermediarios

El objetivo es promover la toma de préstamos para la compra de terrenos y autoconstrucción, sin intermediarios, en un esquema democrático donde no hay ciudadanos imaginarios sino libres.

El director del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), Carlos Martínez, aseguró que el proyecto es la reforma de inclusión financiera más grande en la historia del país.

El objetivo es apoyar no sólo la adquisición de una vivienda sino también la autoconstrucción, ampliación y mejora; 2.3 millones de trabajadores están interesados en obtener crédito a partir del nuevo esquema que significaría para el instituto aumento de 18 por ciento en los préstamos otorgados, tan sólo en el primer año de la reforma.

El Infonavit estima, a su vez, un aumento de 34.5 por ciento en la colocación de créditos subsecuentes.

Román Meyer, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, señaló que dos terceras partes de los mexicanos autoconstruyen su vivienda.