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Penultimátum

Dos males difíciles de erradicar

E

n medio de la pandemia de Covid-19 y el pésimo manejo que le ha dado el gobierno laborista, dos casos han cimbrado a los más de 4 millones de católicos de Inglaterra y Gales.

El primero es la investigación realizada por prestigiosos académicos que demostró cómo la jerarquía católica ocultó durante los 80 años pasados a cerca de 400 abusadores sexuales de niños en un intento por defender su reputación.

En la investigación se detallan los numerosos abusos y la forma en que esa jerarquía facilitó una cultura en la que los autores de los delitos se podían evadir, mientras las víctimas enfrentaban obstáculos para relatar hechos que, como anota la doctora Alexis Day, una de las autoras de la investigación, en muchos casos no pudieron superar.

También se advierte que la jeraquía católica local a menudo se negó a reportar las acusaciones a las agencias correspondientes y prefirieron detener las denuncias por el mayor tiempo posible. Ello permitió ocultar numerosas investigaciones criminales y facilitar que los abusadores escaparan. En el informe se pide que la Iglesia de Inglaterra y de Gales apoye en llevar ante la justicia a los abusadores y compensar a las víctimas.

El otro caso tiene como protagonista al cardenal Giovanni Angelo Becciu, uno de los de mayor rango dentro del Vaticano y muy cercano a Francisco. Renunció inesperadamente como prefecto de la congregación que se ocupa de nombrar los nuevos santos y beatos de la Iglesia y a su título cardenalicio.

Becciu reveló que la renuncia no fue voluntaria, sino a petición del Papa, quien recibió denuncias de corrupción en su contra. Las dos más relevantes: estar directamente implicado en la adquisición por 232 millones de dólares de un edificio de lujo en Londres. Se hizo mediante fondos y empresas establecidas fuera del Vaticano. La segunda, favorecer con grandes sumas de dinero a un hospital romano donde labora una sobrina.

Pese a la lucha de Francisco por erradicar el abuso contra menores y la corrupción, son dos males que siguen en la Iglesia católica.