Opinión
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Dinero

Comisión del INE aprueba dar registro a la agrupación de Calderón // Todavía no es definitivo // Sosa Castelán seguirá preso

Astillero

México Libre, prueba para el INE // Acusaciones contra Calderón // No a Gordillo, SNTE, Haces // ¿Excluir también a MeLibre y PES

Enrique Galván Ochoa
Julio Hernández López
Economía moral

AMLO, 21 meses difíciles y decepcionantespara la izquierda

México SA

Germán Larrea: ¿impunidad eterna? // Pasta de Conchos, Taxco, Cananea…

Julio Boltvinik
Carlos Fernández-Vega
Penultimátum

Huelga de hambre y protesta

Ruta sonora

Bandcamp: mejor que Spotify // Adrián Terrazas en vivo // Stream: Hot Chip, IMS

Patricia Peñaloza
El estante de lo insólito

La banda del automóvil gris. El crimen tiene compadre.

Collado y Salinas: triangulación corrupta
E

n conferencia de prensa virtual para informar acerca del proceso que se sigue contra Juan Collado Mocelo por peculado, el fiscal general de Chihuahua, César Peniche, sostuvo que si se encuentran los elementos suficientes, podría llamarse a declarar al ex presidente Carlos Salinas de Gortari. De acuerdo con las indagatorias de la Fiscalía General del Estado (FGE) de esa entidad, Collado recibió 13.7 millones de pesos de la administración del priísta César Duarte Jáquez por servi-cios de asesoría legal que nunca se prestaron, y que en realidad estaban destinados al ex mandatario como un pago para operar a favor de Jáquez en sus esfuerzos para presidir el Partido Revolucionario Institucional.

Raúl Criollo y Jorge Caballero
El Correo Ilustrado

Nadie robó en su casa, aclara esposa de Víctor Manuel Toledo Manzur

A

yer se publicó una nota periodística del corresponsal Juan Carlos G. Partida y la reportera Angélica Enciso donde se señala que una de las causas de la renuncia del que fuese secretario de Medio Ambiente, el doctor Víctor Manuel Toledo Manzur, fue el hecho de que desconocidos habían irrumpido en nuestra casa en Morelia, Michoacán, para extraer documentos y vaciar costales del herbicida glifosato en nuestra azotea.

Tres emperadores aztecas
C

uitláhuac y Cuauhtémoc, últimos emperadores de Tenoch-titlan, murieron, el primero, víctima de la epidemia de viruela que le regalaron los españoles. El segundo, convertido en el único héroe a la altura del arte, fallece ahorcado por Hernán Cortés en algún lugar incierto del sureste. El tercero, Claudia, no tiene antecedente histórico en el Anáhuac.

Jorge Carrillo Olea
Inés y Valentina: 18 años de impunidad militar
C

omo hace 18 años, Inés Fernández Ortega vive en su casa de madera en Barranca Tecoani. Sigue atrancando su puerta con una viga, a pesar de los múltiples peligros y amenazas que sufre. La cocina donde fue agredida sexualmente por militares conserva los adobes y tejamaniles de su techo ahumado. Con sus pies desnudos recorre la escarpada montaña para juntar leña y sembrar maíz con sus pequeños hijos y Fortunato, su esposo. Mantiene siempre el garbo cuando se expresa en me’phaa frente a las autoridades. Su idioma materno forma parte de su identidad y lo demostró con el temple que la caracteriza, en el Acto de Reconocimiento de Responsabilidad Internacional del Estado mexicano realizado el 6 de marzo de 2012, en Ayutla de los Libres. Ahí le reiteró al secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, que no creía en la palabra del gobierno, porque no cumple. Sin embargo, ella había aceptado sentarse a su lado, para decirle lo que piensa.

Paradojas
D

esde la campaña, López Obrador delineó sin ambigüedades el cauce que buscaría dar al clamor popular contra los ex presidentes y tomó distancia de la oferta de Ricardo Anaya de enjuiciar a Peña Nieto. A pesar de eso, mucha de la banda que protagonizó la insurrección electoral del primero de julio habría estado muy feliz si el acto inaugural de este gobierno hubiera sido meter presos a un par, una tercia o un póker de antiguos habitantes de Los Pinos. No ocurrió así porque hay poderosas razones éticas, legales y hasta pragmáticas que lo impiden: la 4T no es una venganza popular, sino un proyecto de país; no está en las atribuciones del Presidente encarcelar a nadie; si lo hubiera hecho habría dilapidado su legitimidad con un arrebato y en una de esas le habría dado a los imputados el pretexto –las ganas nunca les faltaron– para una rebelión armada. No hay de otra: para llevar a los sátrapas ante un tribunal debe recorrerse un largo y complicado camino legal y político y es lo que se está haciendo.

Abel Barrera Hernández*
Pedro Miguel
Alto a la guerra contra el EZLN
U

na de las características del actual gobierno de la 4T es no escuchar ni mucho menos atender las graves denuncias en torno a la reactivación de grupos paramilitares en Chiapas, como los que integran la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao), que el 22 de agosto saquearon e incendiaron las instalaciones del Centro de Comercio Nuevo Amanecer del Arcoíris, en el municipio autónomo Lucio Cabañas (Ocosingo). A esta provocación, se suman varios grupos, también identificados paramilitares desde la década de los 90, como Paz y Justicia y Chinchulines, que, de nueva cuenta, han ejecutado todo tipo de agresiones en varias regiones chiapanecas, y, en particular, en los municipios de Tila y Aldama. En las semanas recientes han circulado en redes y varios medios de difusión locales y nacionales comunicados de apoyo al EZLN, uno de los cuales, Alto a la guerra contra los zapatistas, ha sido suscrito por cientos de organizaciones, académicos, artistas y redes solidarias de 22 países (https://alto-a-la-guerra-contra -lxs-zapatistas.webnode.mx/).

Sonidos negros del coronavirus

Cuando se hundieron las formas puras / ¡bajo el cri-cri de las margaritas, / comprendí que me habían asesinado! / Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias, / abrieron los toneles y los armarios, / destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro. / Ya no me encontraron. / ¿No me encontraron? / No, no me encontraron.
Poeta en Nueva York

Q

ué bien captó Federico con su vena de sonidos negros el duende, silencio repentino y largo que tenía algo de silencio de río y en la alta hora oscura como un río ancho se le sentía fluir, pasándole por el cuerpo y alma. Dolor, latidos de otros seres que eran él mismo, en aquel instante. Sus pies se hundían en el tiempo, en los siglos, en la raíz remotísima de la tierra hispánica, hasta no sé dónde, en busca de esa sabiduría profunda que flameaban sus ojos y quemaba sus labios. ¡Qué viejo, qué antiguo, qué mítico y fabuloso!

Gilberto López y Rivas
José Cueli