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Podría secarse en un mes

Agoniza la laguna de Metztitlán, alerta Conagua

Pescadores descartan que se recupere; especialista llama a reforestar

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▲ Debido al intenso calor y la escasez de lluvia, así como a los efectos del cambio climático, la laguna de Metztitlán, ubicada en la sierra de Hidalgo, está a punto de secarse. Gran parte del área del cuerpo de agua se ha convertido en una amplia extensión de arena agrietada.Foto Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 12 de marzo de 2020, p. 24

Metztitlán, Hgo., La laguna de Metztitlán, municipio ubicado en el corazón de la Sierra hidalguense, agoniza. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) alertó en un informe que puede secarse en menos de un mes si persisten las temperaturas elevadas.

En un recorrido se constató que del cuerpo de agua que hace 20 años abarcaba 3 mil 130 kilómetros cuadrados hoy sólo queda una pequeña y fangosa cuenca rodeada de un desierto de tierra arenosa y agrietada.

La laguna se localiza en territorio de los municipios de Metztitlán y Eloxochitlán y pertenece a la Reserva de la Biosfera de la Barranca de Metztitlán, según un decreto del 27 de noviembre de 2000. Es uno de tres sitios incluidos en el Convenio Ramsar como hábitat de aves acuáticas.

Hasta hace algunos años, el lugar era considerado un edén en el que habitaba gran cantidad de peces, particularmente carpas y tilapias, que servían de sustento para unas 125 familias de pescadores, así como gran cantidad de aves migratorias, garzas y pelícanos.

No obstante, a partir de 2018, el intenso calor, que llega a 35 grados centígrados, y la falta de lluvia han provocado que poco a poco el cuerpo de agua se vaya secando, convirtiendo el lecho de la laguna en una superficie llena de grietas.

La desecación de la laguna ha propiciado la paulatina extinción de los peces y, por consiguiente, ha ahuyentado a los pelícanos canadienses, que se ven obligados a emigrar a otras regiones para obtener alimento.

De acuerdo con un informe de la Conagua entregado a La Jornada, el pasado 24 de febrero se realizó una visita al embalse.

El dato más revelador obtenido por los especialistas de la dependencia fue que el espejo del embalse, que todavía subsiste, no es mayor a 30 hectáreas y está rodeado de una zona fangosa.

Se encontró también que el volumen estimado de agua es de 9.2 millones de metros cúbicos. Aunque existen aportaciones de líquido del cauce principal de entre 200 y 300 litros por segundo estos son superados por la infiltración y percolación (paso lento de fluidos a través de materiales porosos), lo que provoca un rápido descenso del nivel de la laguna, cuyo desecamiento total podría ocurrir en un mes o antes si persiste el calor.

En el informe la Conagua reconoce que las aportaciones de agua de la laguna se han visto disminuidas en dos años consecutivos y que en la actualidad la cota estimada del nivel actual es de mil 241 metros sobre el nivel del mar.

El agrietamiento del sustrato que forma el lecho del cuerpo de agua es un indicativo de la rapidez con que se evapora el agua tanto de la superficie como del suelo, expuso.

La dependencia federal pidió a los pobladores mantenerse informados sobre las condiciones meteorológicas en su página de internet .

Francisco Morales Mejía, experto en temas ambientales y ecológicos, dijo que hay razón en lo que señala la Conagua, dado que estas afectaciones en la laguna son efectos del cambio climático de la Tierra y sobre todo de la tala de árboles en los alrededores del cuerpo de agua.

Explicó que las grietas en el lecho de la laguna se producen porque la desecación hace que la tierra se intemperice por la acción del sol y del viento, lo que da por resultado que se comprima. A medida que aumenta la evaporación, crece la tensión superficial y por tanto se ejerce fuerza física para que se produzca una atracción entre las partículas sólidas. En otras palabras, las partículas se comprimen y se producen las grietas, a través de las cuales el agua es absorbida.

Morales Mejía dijo que en la sierra hidalguense es necesario sembrar árboles y preservar los existentes para enfrentar el cambio climático.

Se deben plantar cultivos tolerantes a la sequía, de maduración rápida. También dedicar parcelas para plantar árboles o arbustos en campos agrícolas y pastos con el fin de garantizar su crecimiento, destacó.

Comentó que, con sus profundas raíces, los árboles son capaces de extraer agua, la cual es liberada y evita sequías. Por ello, a mayor vegetación, mayor presencia de lluvias. Apuntó que en Metztitlán se deben frenar las tareas silvícolas y la deforestación furtiva, ya que son esas acciones las que han provocado la falta de lluvia en esa región.

No obstante, para los pescadores de la zona son prácticamente nulas las esperanzas de que esta situación mejore. Desde hace meses la pesca ha bajado hasta en 70 por ciento.

Por esta razón, en medio del mar de arena que alguna vez fue el embalse de la laguna hay varias barcas abandonadas por sus propietarios, algunos de los cuales han emigrado de Metztitlán en búsqueda de empleo en otras regiones, sobre todo Estados Unidos.