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Senadores exigen a la CNDH defender a migrantes; Piedra, cómplice de la GN, acusan

La Iglesia católica insta a no criminalizar a trabajadores indocumentados // México pasó de ser la casa de puertas abiertas a una política de retención y control, critica

 
Periódico La Jornada
Jueves 23 de enero de 2020, p. 4

Legisladores de oposición exigieron que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) asuma la defensa de los migrantes centroamericanos, debido a que la presidenta del organismo, Rosario Piedra Ibarra, se ha convertido en cómplice de las violaciones a esos derechos que comete la Guardia Nacional.

En tanto, la dimensión episcopal de la pastoral de movilidad humana de la Iglesia católica llamó a no criminalizar a los trabajadores internacionales sin documentos y a solidarizarse con ellos, ante la posición del gobierno federal de restringir el paso de quienes forman parte de la nueva caravana migrante, que desde el 18 de enero cruzaron diversos puntos de la frontera entre México y Guatemala.

En el Senado, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, la panista Kenia López, y el legislador independiente Emilio Álvarez Icaza, en entrevistas por separado coincidieron que la titular de la CNDH se ha convertido en cómplice de las violaciones que comete el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador contra los migrantes centroamericanos en la frontera sur.

Por su parte, Santiago Corcuera, quien presidió el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas (2006-2009) y el Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas, consideró que el gobierno federal viola la Constitución, los tratados internacionales y la ley de refugio y asilo al deportar a integrantes de la caravana 2020.

En tanto, Enrique Sánchez Martínez, obispo de Nuevo Laredo, y el sacerdote Julio López, de la Casa del Migrante Nazareth, señalaron que desde 2019 tanto el gobierno mexicano como el de Estados Unidos dejaron ver su comportamiento bipolar frente al fenómeno de la migración.

Lamentablemente, agregaron los clérigos, México respondió a los intereses estadunidenses y su política antimigrante. Pasó de ser la casa de puertas abiertas a una política de retención y control sin precedentes.

En un comunicado, expusieron que, ante las dificultades de Estados Unidos para construir el muro de la vergüenza con el que se pretende poner fin a la migración, México salió a brindarle apoyo poniendo un muro humano con agentes de la Guardia Nacional en la frontera sur, para contrarrestar la amenaza de la imposición de aranceles.