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Solicita estatus de refugiado

Evo Morales llega a Argentina para seguir luchando por los más humildes

Agradece al presidente López Obrador por salvarme la vida

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▲ El presidente de Bolivia en el exilio, Evo Morales, llegó ayer al aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, acompañado del vicepresidente Álvaro García Linera y la ministra Gabriela Montaño. A su izquierda aparece Diego Pary, ex ministro de Relaciones Exteriores.Foto Afp/ATE y CTA
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 13 de diciembre de 2019, p. 32

Buenos Aires. El presidente de Bolivia en el exilio, Evo Morales Ayma, llegó ayer a Buenos Aires, acompañado del vicepresidente Álvaro García Linera y la ministra de Salud, Gabriela Montaño, después de haber sido recibido como asilado político en México tras golpe de Estado y recibir amenazas de muerte. Agradeció profundamente al presidente Andrés Manuel López Obrador por haber brindado a todos ellos protección en circunstancias dramáticas, y también al pueblo mexicano.

Morales y sus acompañantes ingresaron a Argentina como asilados, aunque ya habían solicitado ser admitidos como refugiados, lo cual se está preparando en la nueva cancillería, como admitió el actual ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá.

Lo esperaban aquí sus hijos Eva Liz y Álvaro desde el pasado 23 de noviembre. Hay gran cantidad de bolivianos que huyeron de su país, entre ellos periodistas, todos perseguidos en lo que se anunció como una cacería de los funcionarios golpistas.

Aquí existe una numerosa comunidad boliviana que suma casi medio millón de residentes, quienes fueron sorprendidos ayer por la mañana con la llegada de Evo Morales.

Integrantes de movimientos de solidaridad con Bolivia permanecen afuera del consulado y la embajada, donde resisten los diplomáticos del gobierno de Morales, ya que llegaron representantes de los golpistas queriendo tomar esas representaciones agrediendo y golpeando al personal de las mismas, cuando aún estaba Mauricio Macri en el gobierno, amparados por la policía de la ciudad.

Ante esta situación decidieron quedarse e incluso en la embajada estaban en huelga de hambre dos diplomáticos. El gobierno de Alberto Fernández no reconoce a la proclamada presidenta Jeanine Áñez, surgida del golpe de Estado, quien rindió protesta rodeada de militares responsables del golpe de Estado y de las muertes, torturas, persecuciones y detenciones que ocurren en el país andino, de donde llegan con frecuencia denuncias a esta capital que procesan organismos humanitarios.

Alberto Fernández, siendo presidente electo, y López Obrador ayudaron en una increíble y casi cinematógrafica red solidaria a Morales y sus acompañantes, que estaban cada vez más aislados por los golpistas, literalmente cercados por civiles racistas, paramilitares, militares y policías en la zona del Chapare.

Fernández hizo llamados en horas dramáticas para lograr que se permitiera que el avión de la Fuerza Aérea Mexicana que recogió a los perseguidos en Cochabamba pudiera pasar por países como Paraguay, Brasil y en el caso de Ecuador el presidente Lenín Moreno le negó esa posibilidad, haciendo más extenso el viaje.

En la embajada de México en Bolivia hay varios exiliados, entre ellos el ministro Juan Ramón Quintana, buscado por los violentos grupos cívicos, policías y militares en su país y al que increíblemente acusan de sedición y terrorismo, como quieren acusar a todos los funcionarios del Movimiento al Socialismo (MAS), cuyo gobierno fue interrumpido por el golpe de Estado.

El MAS, partido de Evo Morales, ganó las elecciones del pasado 20 de octubre en primera vuelta y fue el secretario de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, quien sin haber cumplido su misión de realizar un recuento –que otras importantes instituciones internacionales hicieron– y antes de conocer los resultados finales ya había hablado de la necesidad de una segunda vuelta y había hecho correr la idea de un fraude que no existió, dando comienzo al golpe de Estado y la extrema violencia racista aplicada al pueblo boliviano que dejó varios muertos, heridos y detenidos, advirtiendo de las mujeres de pollera, como visten las mujeres indígenas que representan a 67 por ciento de los habitantes de Bolivia.

El contacto entre Morales y Alberto Fernández para preguntar si podía empezar los trámites para ser admitido como refugiado se realizó el mismo día de la ceremonia de investidura del nuevo presidente. Se sabe que Fernández accedió de inmediato comunicándose con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el nuevo canciller, Felipe Solá. Todo esto se realizó en un discreto operativo político diplomático. El pedido de refugio llegó y comenzó a trabajarse de inmediato con la Comisión Nacional de Refugiados, lo que permitió a Evo Morales y sus acompañantes ingresar al país, adonde llegaron en un vuelo regular de Aeroméxico acompañados de dos diplomáticos mexicanos.

Evo Morales se propone descansar y estar con sus hijos y, a pedido del gobierno, el líder del MAS tendrá custodia permanente de la policía federal. Existe una fuerte expectativa en la comunidad local, en diversos círculos políticos e intelectuales, en un país donde el presidente boliviano es muy querido y reconocidos por varias universidades locales.

Mi eterno agradecimiento al presidente López Obrador, al pueblo y al Gobierno de #México por salvarme la vida y por cobijarme. Me sentí como en casa junto a las hermanas y hermanos mexicanos durante un mes, tuiteó Morales.

Hace un mes llegué a México, país hermano que nos salvó la vida, estaba triste y destrozado. Ahora arribé a Argentina, para seguir luchando por los más humildes y unir a la PatriaGrande, estoy fuerte y animado. Agradezco a México y Argentina por todo su apoyo y solidaridad.