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Trabajamos las congas, lo afrocubano, los batá, los toques de Nigeria y Arará: Chucho Valdés

EEl pianista isleño interpreta hoy el concierto Jazz Batá 2 en el Palacio de Bellas Artes // Me voy a presentar en Río de Janeiro el 9 de junio con una nueva versión del grupo Irakere integrado por jóvenes talentosos, adelanta en entrevista con La Jornada

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▲ Mi educación musical no es sólo clásica; es jazzística y popular. He investigado sobre el legado de África en Cuba y queda mucho terreno por explorar, explica Chucho Valdés en entrevista con La Jornada.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de mayo de 2019, p. 3

El pianista, compositor y arreglista cubano Chucho Valdés (Quivicán, 1941) siempre está lleno de sorpresas. Cada vez que viene a México ofrece algo inesperado. Ahora no es la excepción. Para su concierto de este sábado 25 en la sala principal del Palacio de Bellas Artes el fundador del grupo Irakere trae un grupo integrado por batá (Dreiser Durruthy), percusión (Yaroldy Abrue) y bajo (Yelsy Heredia), que interpretará el programa Jazz Batá 2, título que se remite al disco Jazz Batá grabado en 1972.

‘‘Jazz Batá fue un proyecto increíble, quedó como un clásico, sin embargo al año siguiente hice Irakere que me llevó todo el tiempo. Entonces quedó allí la idea de un cuarteto de percusiones afrocubanas sin batería con sonidos muy diferentes y ricos”, explica Chucho Valdés en entrevista con La Jornada. A pesar del paso de los años el pianista se dio cuenta de que el proyecto Jazz Batá quedó en un proceso que se po-día desarrollar mucho más. Entonces decidió ‘‘retomarlo y renovarlo, incluso, superarlo”. Así nació el disco compacto Jazz Batá 2, que salió al mercado a finales de 2018. Ya van por Jazz Batá 3, dada la riqueza de las raíces afrocubanas.

Más instrumentos de percusión cubana

Respecto de las diferencias entre ambas producciones Valdés refiere que hay más instrumentos de percusión afrocubana en Jazz Batá 2, también se canta ‘‘en lengua yoruba de la santería de Nigeria. Los timbres, sonidos y la estructura han cambiado muchísimo para mejor”.

Dreiser Durruthy, aparte de tocar los tres tambores batá y cantar, es ‘‘un tremendo bailarín de folclor y de clásico”, define el pianista.

Adelanta que en el tercer volumen habrá un invitado: el jazzista Kenny Garret, ‘‘uno de los más grandes saxofonistas de todos los tiempos, quien ha trabajado con la banda de Miles Davis y tiene una carrera espectacular. Pues Kenny quiere unirse a nosotros para hacer este proyecto que también es diferente a Jazz Batá 2”.

Radicado actualmente en Florida, Valdés habla de sus investigaciones de la percusión cubana. ‘‘Nací con eso, es parte de mi formación. Mi educación no es sólo clásica, es jazzística y popular. He investigado mucho sobre el legado de África en Cuba y queda mucho terreno por explorar todavía. La trabajamos de muchas maneras; sin embargo, ahora hacemos una especie de fusión de ritmos, de polirritmias, al unir ritmos africanos y cubanos de diferentes géneros dentro de uno solo para crear un solo estilo. Es un trabajo de investigación bastante profunda. Hay mucha tela allí de donde cortar para hacer algodiferente”.

Chucho Valdés se remonta en la historia: ‘‘Chano Pozo (1915-1948) abrió la puerta; sin él no hubiera existido lo que está pasando. El fue el pionero con Dizzy Gillespie y Mario Bauzá. Abrieron el camino de lo que hoy se llama Afro Cuban Jazz o Latin Jazz. Lo que hemos hecho es seguir evolucionando, investigando más profundamente. Chano trabajó muy bien las congas y lo afrocubano. Nosotros trabajamos en eso, los batá, los toques no sólo de Nigeria, de Yoruba, también son de Arará, Congo y Dahomey. Hay mucho campo y cosas que se pueden usar.”

Chucho Valdés tampoco ha dejado el proyecto Irakere. ‘‘Me voy a presentar en Río de Janeiro el 9 de junio con una nueva versión de Irakere, con jóvenes talentosos que tocan la música del grupo, música nueva, a la vez que acompañan al cantante y compositor brasileño Iván Lins.” Y qué decir de la música sinfónica afrocubana en la que ‘‘se muestra el piano como un instrumento de percusión, además de melódico y rítmico”. En 2012 se fabricaron en Japón ocho pianos que llevan el nombre de Chucho Valdés y toman en cuenta ‘‘el sonido del jazz latino”. El entrevistado posee uno.

En cuanto a los sonidos que predominan en el mercado actual, Valdés apunta: ‘‘Se oye como siempre cosas buenas, cosas menos buenas, cosas muy populares, aunque siempre hay una música popular que evoluciona y cambia. Ahora está el reggaeton y el rap. Es una música que a muchos jóvenes les gusta. Esperamos evolucionar hacia caminos también populares y hasta pueden ser mejores.”

El programa del concierto de este sábado está integrado por temas del disco compacto Jazz Batá 2, como Obatalá, Son XXI, Luces, Ochún, Chucho’s mood: 100 años de Bebo, El güije y The clown, además de ‘‘un par de estrenos y otras obras clásicas de su repertorio como CongaDanza y Tabú de Margarita Lecuona”.

El concierto Jazz Batá 2 de Chucho Valdés de este sábado será a las 19 horas en la sala principal del Palacio deBellas Artes (avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico).