Oxon Hill., Maryland. En un discurso ante la derechista Conferencia de Acción Política, el presidente Donald Trump tachó el sábado a los demócratas de ser un partido de pesadilla socialista, y calificó de enfermos, lunáticos y sucios a sus enemigos políticos, lo que le otorgó la adoración pura de los conservadores.

Durante dos horas y media, el mandatario arremetió contra los demócratas de la Cámara de Representantes, quienes están ampliando las investigaciones sobre el mandatario. También aseguró que ganará la relección en 2020 por un margen mayor al de su victoria en 2016 y se burló de sus posibles contrincantes para ocupar el cargo en la Casa Blanca.

Estados Unidos nunca será un país socialista, aseveró. El socialismo no se trata del medio ambiente, tampoco sobre la justicia, no se trata de la virtud. Es sobre el poder para la clase dominante.

Sus comentarios coronaron una semana en que su cumbre nuclear con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, fracasó sin un acuerdo, y con su ex abogado personal, Michael Cohen, dando un testimonio perjudicial ante el Congreso sobre el carácter del mandatario y sus prácticas. Aunque las posibles repercusiones judiciales del testimonio de Cohen aún se desconocen, la audiencia ante millones de espectadores del que fue su persona de confianza marcó un momento crucial del mandato del republicano.

Al día siguiente de la comparecencia, el viernes, en Vietnam, terminó abruptamente la cumbre entre Trump y el líder norcoreano Kim, dedicado a la desnuclearización. Ese mismo día, Trump rechazó acusaciones de los padres de Otto Warmbier, estadunindense fallecido tras ser torturado en una cárcel norcoreana al afirmar que sí denunció su caso ante el líder, cuando las cámaras lo captaron exculpando a Pyongyang de dicha muerte.

Kim Jong-un rindió homenaje a Ho Chi Minh antes de volver a su país.