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Detonó el movimiento de March for our Lives

Se cumple un año de la matanza en la preparatoria de Parkland, Florida

Desde esta tragedia han muerto más de mil jóvenes por la violencia de las armas en Estados Unidos

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▲ Estudiantes que sobrevivieron al tiroteo del 14 de febrero del año pasado en Parkland, recordaron ayer a las víctimas.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 15 de febrero de 2019, p. 23

Nueva York. Este Día de San Valentín marca el primer aniversario del tiroteo masivo que apagó 17 vidas –14 de ellas menores de edad– en una preparatoria en Parkland, Florida, cuyos estudiantes se rehusaron a ser víctimas y detonaron un movimiento nacional contra la violencia por armas de fuego.

El movimiento March for our Lives, fundado por un grupo de alumnos sobrevivientes, rechazó aceptar sólo las oraciones y lamentos de políticos estatales y nacionales tan rutinarios después de gran cantidad de incidentes parecidos por todo el país, y lanzaron un llamado elocuente y feroz con el lema: nunca más exigiendo nuevos controles sobre la compra y el uso de armas en este país.

El movimiento se expresó por medio de marchas y acciones masivas –entre ellas, más de un millón de estudiantes que salieron de sus aulas en todo el país para marcar el primer mes desde la matanza, el 14 de marzo, y 10 días después se realizó la movilización nacional más grande sobre este tema con una participación de cientos de miles en Washington y otras ciudades, el 24 de marzo.

A la vez, se realizaron foros en cada esquina del país, debates con políticos algo temblorosos porque los jóvenes no cedían ante los trucos de la retórica oficial, acciones de desobediencia civil y el impulso de una nueva legislación (congresos estatales aprobaron 76 nuevas leyes de control de armas en más de la mitad de los estados de la Unión Americana) y encuentros con otras organizaciones sociales que se dedican a luchar por poner fin a la violencia.

Ante la renuencia de la Casa Blanca y el Congreso, bajo control republicano, de impulsar nuevas restricciones y mayores controles sobre las armas a nivel federal, los estudiantes de March for our Lives y sus aliados promovieron iniciativas para convocar una mayor participación de jóvenes en las elecciones legislativas del año pasado, contribuyendo con la ola electoral demócrata que recuperó la Cámara baja en noviembre. Unos 24 candidatos pro armas fueron derrotados.

March for our Lives, con varios otros grupos encabezados por jóvenes, logró que en las elecciones intermedias de noviembre la participación electoral juvenil llegara al nivel más alto desde 1982.

Sin embargo, la violencia con armas de fuego continuó por todo el país. Según el proyecto Desde Parkland (Since Parkland), desde que fueron asesinados 14 estudiantes en esa preparatoria, cerca de mil 200 menores de edad más han fallecido por violencia de armas en el último año en Estados Unidos.

La organización periodística sin fines de lucro The Trace, que impulsó el proyecto Desde Parkland, trató de no presentar esta cifra como otra estadística más, y esta semana lanzó un sitio especial donde otros jóvenes –cerca de 200– participaron como reporteros para el proyecto de contar la historia de cada una de esas víctimas. Se puede ver en (sinceparkland.org).

Este triste aniversario fue recordado este jueves en Parkland de diversas maneras; con lágrimas, con furia, con heridas físicas y emocionales los que las sufrieron, y con homenajes a los ausentes.

Continúa el debate sobre por qué ocurrió, qué falló, y cómo evitar que esto se siga repitiendo a lo largo y ancho del país. Algunos insisten, incluidos los de March for our Lives, en que se requieren controles reales sobre la compra y uso privado de las más de 300 millones de armas en manos de particulares.

Conservadores, entre ellos la Casa Blanca, dicen que la solución está en tener más armas; hay propuestas incluso para armar a los maestros.

Pero este día, muchos deseaban dejar de debatir y sólo llorar, abrazar y lamentar. El sitio de Internet y las cuentas en redes sociales de March for our Lives anunciaron que guardarán silencio los próximos tres días, a partir de este jueves (2019.marchforourlives.com) y que sus integrantes, entre ellos algunas de las figuras más reconocidas que impactaron el debate nacional como Emma González, David Hogg y Cameron Kasky, entre otros, no hablarían en público o con los medios.

A lo largo del año, March for our Lives realizó una serie de giras por todo el país para contar sus historias, promover la participación de jóvenes como ellos en este movimiento y explorar nuevas alianzas con agrupaciones que de una manera y otra enfrentaban la violencia.

Con ello, se iniciaron diálogos y a veces se establecieron vínculos con diversos grupos como Black Lives Matter, movimiento que surgió por la violencia oficial contra afroestadunidenses, con los Dreamers que compartieron la experiencia de la violencia oficial de políticas antimigrantes como los crímenes de odio en contra de sus comunidades, con la Coalición de Trabajadores de Immokalee que han logrado casi anular la violencia contra trabajadoras agrarias en los campos de Florida, y con organizaciones de madres de hijos asesinados por la violencia armada en Nueva York, Chicago, Baltimore, Los Ángeles y otras ciudades.

Ahora estos activistas forman parte de una gama cada vez más amplia de movimientos encabezados e impulsados por jóvenes en temas como la violencia, el cambio climático, el racismo y la defensa de migrantes de la generación más diversa en la historia, y que desean un futuro para rescatar a este país de sí mismo.