En 10 años Petróleos Mexicanos (Pemex) ha entregado al fisco recursos vía impuestos, derechos y aprovechamientos por 4 billones 654 mil 60 millones de pesos, monto 11.42 por ciento –531 mil 370.1 millones de pesos– superior al gasto total programable que ejercerá el gobierno federal durante 2019, que asciende a 4 billones 122 mil 690.4 millones de pesos, señalan informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Pemex está en el peor de los mundos porque ha venido contratando deuda para pagar pasivos y para cumplir con su pesado y oneroso régimen fiscal. Al cierre de noviembre de 2018 la deuda de Pemex alcanza un total 104 mil 100 millones de dólares, equivalente a 2 billones 6 mil 7 millones de pesos al tipo de cambio al mayoreo registrado este jueves de 19.27 pesos por dólar.

El acelerado ritmo de endeudamiento de la empresa productiva del estado en los pasados 10 años pasó de un monto de 597 mil 637 millones de pesos en 2008 a unos 2 billones 6 mil 7 millones de pesos en 2018, lo que representa un crecimiento de 335 por ciento.

Sin embargo, el mayor apalancamiento de la petrolera por su abultado endeudamiento no fue para inversión productiva, sino para hacer frente tanto a su régimen fiscal como a la deuda que ya había contraído.

El importante endeudamiento de Pemex ha ido acompañado de una falta de inversión que se ha traducido en un desplome de 65.2 por ciento en la plataforma de extracción en la pasada década, equivalente a 969 mil barriles diarios menos, al caer de 2 millones 792 mil barriles diarios al cierre de 2008 a un millón 823 mil al día en 2018.

Para revertir la caída en la extracción de crudo Pemex tendrá en 2019 un presupuesto para inversión de 273 mil millones de pesos, lo que representa un incremento de 33.5 por ciento respecto de lo aprobado en 2018. Especialistas consideran que se requiere el doble de esta cantidad en inversión sostenida en la próxima década.

El oneroso régimen fiscal al que esta sometida la empresa más importante de México se puede ilustrar con los resultados financieros obtenidos al cierre del tercer trimestre de 2018, cuando Pemex registró una utilidad o rendimiento antes de impuestos, derechos y otros de 301 mil millones de pesos, pero el total de impuestos pagados al erario público fue de 324 mil millones.

Esto quiere decir que la carga fiscal sobre utilidades es de 108 por ciento, es decir, todas las ganancias se las quedó la SHCP y además 8 por ciento restante debió de endeudarse para cubrir esos impuestos. No hay empresa en el mundo que pueda soportar esa carga impositiva.

Actualmente el régimen fiscal de la petrolera es de alrededor de 65.5 por ciento de sus ingresos totales; con la reforma energética la carga impositiva se fue reduciendo de manera gradual de 73 a 65 por ciento.

Algunos especialistas comentaron que la inversión que se requiere es de al menos unos 25 mil millones de dólares anuales y de manera sostenida para los próximos 10 años.

Advirtieron que si no se considera este ajuste, los mercados, los tenedores de bonos y las calificadoras no le creerán al gobierno y seguirá deteriorándose la calidad crediticia lo que puede ocasionar una falta de liquidez a corto y largo plazos.

Rameses Alejandro Pech Razo, consultor independiente en materia de energía destacó que Pemex tiene deuda que esta por vencer, con elevados compromisos a partir de 2020 a 2024, ocasionando la urgencia de pagar lo antes posible y ampliar el margen de crédito, colocación de bonos para poder mantener la calificación de grado de inversión por arriba de la actual y así fondear la deuda a largo plazo para cumplir con el programa de incremento de perforación.

Recordemos que el dinero colocado o prestado por bancos y otras entidades financieras está basado y sustentado en las reservas petroleras que se planean extraer en superficie en forma de hidrocarburos para poder hacer frente al pago de deuda, refirió.