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Bajo la lupa

“Guerra civil soft” en EU

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ace ya casi un año, Glenn Harlan Reynolds, de US Today, inquirió si EU se encamina a una guerra civil y contestó que las experiencias de Sarah Huckabee Sanders, jefa de Prensa de Trump, y Kirstjen Nielsen, secretaria de Seguridad Nacional, “sugieren que una guerra civil soft ha empezado”.

Sarah Huckabee Sanders fue expulsada del restaurante Red Hen en Lexington (Virginia) debido a que el dueño y sus empleados desaprueban su política, mientras que Kirstjen Nielsen fue acosada en otro restaurante por una furiosa turba anti-Trump.

Otro grupo de dos docenas de contestatarios encabezados por CREDO Action se manifestó afuera del hogar de Kirstjen Nielsen en Virginia (https://fxn.ws/2TJBF2f).

Glenn Harlan Reynolds narra que el autor Tom Ricks preguntó también si “EU se dirigía a una guerra civil soft” (http://bit.ly/2TL0g6H), y cita al politólogo Thomas Schaller: ignoro si el país saldrá ileso.

Glenn Harlan Reynolds alega que el desprecio (sic) político es el problema de la fractura de la sociedad.

Tom Ricks aduce que todavía EU no se parece a Kansas de 1856, pero se dirige hacia allá, debido a la probabilidad de una segunda Guerra Civil en EU en los próximos 10 a 15 años (http://bit.ly/2TKxGlY), y define laxamente la Guerra Civil: una violencia política extensa con esfuerzos (sic) paralelos, aunque no necesariamente conectados, para rechazar la presente autoridad política en algunos ámbitos legales o espacios físicos. Así las cosas, EU estaría ya en una guerra civil que no se atreve a pronunciar su nombre.

El politólogo Thomas Schaller comentó a Francis Wilkinson, del portal Bloomberg (https://bloom.bg/2BwxeRj), cuyo dueño pertenece al Partido Demócrata, que Trump tiene un amplio y comprometido aparato de propaganda para ayudarle con una enorme influencia con los votantes conservadores, muchos de los cuales sienten ya que libran una guerra racial y religiosa con sus espaldas adosadas a un muro demográfico.

Francis Wilkinson fustiga que las pasadas presidencias de dos republicanos fueron producto del Colegio Electoral, un apéndice disfuncional de la política de EU que apabulla al voto popular, y exhorta a que los demócratas –que controlan Hollywood y Harvard– renuncien a Alabama y Mississippi, a Kansas y Nebraska.

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▲ La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, en una reunión de la Comisión Federal de Seguridad Escolar.Foto Ap

Hoy, casi un año mas tarde a las advertencias de “guerra civil soft”, la situación ha empeorado y con la mayoría en la Cámara de Representantes del Partido Demócrata y su notable número de mujeres –que se vistieron de blanco durante el discurso sobre el Estado de la Unión de Trump en el Congreso para recordar las demandas de las suffragettes en favor de la legalización del voto femenino hace un siglo–, ha fracturado aún más al país con una nueva dicotomía ideológica.

Trump exhibió sus dos ases para su etérea relección (http://bit.ly/2TJFBQx): su cruzada contra la inmigración y su diatriba contra el socialismo, que en EU solía ser un tabú, como sinónimo de comunismo, y que es inducido por el senador Bernie Sanders y la representante millennial Alexandria Ocasio-Cortez.

La millennial Alexandria Ocasio-Cortez (https://bit.ly/2BwIVHE) lanzó un programa del Nuevo Pacto Social Verde, con el fin de reducir las emisiones de gases invernadero y crear empleos, salpicado de trenes de alta velocidad y seguros médicos para todos.

Paul Krugman, Nobel de Economía, arguye que “algunos políticos progresistas de EU ahora se describen como socialistas, y un número significativo (sic) de votantes, incluyendo una mayoría (sic) de votantes menores de 30 años (nota: los millennials) dicen aprobar el socialismo (http://bit.ly/2TK7p7f)”.

Paul Krugman enfatiza que ni los políticos ni los votantes reclaman la captura de los medios de producción y que sólo buscan atemperar los excesos del mercado, lo cual es tildado de socialismo por la retórica conservadora, pero que el resto del mundo denomina socialdemocracia (https://nyti.ms/2TEWT17).

A mi juicio, más que la retórica incandescente e indecente contra la inmigración y el socialismo, el mayor riesgo que enfrentará Trump radicará en la recesión que se cierne para 2020 y que agudizaría las fuerzas centrífugas y, quizá irreconciliables, en EU.

AlfredoJalife.com

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