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Hollywood me causaba depresión, afirmó el realizador italiano
 
Periódico La Jornada
Martes 27 de noviembre de 2018, p. 8

Cuando tenía 12 años, Bernardo Bertolucci se miró en un espejo y se imaginó como John Wayne. Hablaba constantemente sobre su historia de amor por la cultura estadunidense.

Incluso, cuando fue homenajeado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, en Roma en 2013, se decía decepcionado del Hollywood que una vez lo había inspirado, pero que en años recientes prefería las series de televisión, ya que tenían mejor reparto y estaban mejor dirigidas que las producciones para la gran pantalla.

El jazz fue la primera música que escuché en mi vida y para mí significaba Estados Unidos, afirmó Bertolucci en la función en la que se recaudaron fondos para los artistas, según una nota de la agencia Reuters.

“Vi La diligencia y, para mí, (el director) John Ford se convirtió en Homero”, sostuvo sobre el clásico del western filmado en 1939.

Pero en tiempos en los que su movilidad dependía de una silla de ruedas, el director afirmaba que el Hollywood que una vez lo emocionó ahora lo deprimía.

Romance generacional

Mi generación tuvo un romance con la cultura estadunidense, no hay duda de eso. Una farola y una boca de bomberos me hacían cantar bajo la lluvia, expresó. “Pero las películas estadunidenses que me gustan ahora no proceden de los estudios de Hollywood, sino de las series estadunidenses, como Mad Men y Breaking Bad...”, aseguró.

Me gusta cuando duran 13 episodios, pero entonces hay una nueva serie que llega con otros 13 capítulos, señaló entre risas, comparándolas con las novelas que se imprimían por entregas en los periódicos del siglo XIX.

Aparte de unas pocas producciones independientes, creo que todo lo que viene de Hollywood generalmente es triste. Me pone muy triste, afirmó.

El intercambio de cultura es la salvación del mundo, decía, al recordar cómo su padre lo inició en la búsqueda de nuevas experiencias al regalarle un ejemplar de Moby Dick cuando era un niño. Aunque aún era demasiado joven para leerlo, afirmó que sabía que en algún lugar había un gran paisaje y un cielo enorme.