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TLCAN: ¿ronda exitosa?

Paquete económico: 6 de 6

Dreamers y lamentaciones

A

unque parezca increíble, la segunda ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) concluyó exitosamente. ¿Por qué? ¡Quién sabe!, pues la denominada declaración trilateral (cuatro párrafos) no dice nada ni explica cuál fue el avance, si en realidad lo hubo.

Si se atiende lo dicho por uno de los voceros oficiosos (Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, integrante del cuarto de al lado) lo que en la Secretaría de Economía califican de exitoso en los hechos deja muchísimo que desear, pues en México sólo hubo algunos avances en cinco rubros; los acuerdos sobre la renegociación del TLCAN quizá se den en la tercera ronda (Ottawa, 23-27 de septiembre); los equipos de los tres países permanecieron atascados en el tema energético, sólo se lograron algunos avances en los rubros agropecuario, telecomunicaciones, medidas de facilitación comercial, inversiones y pequeñas y medianas empresas, y no se instalaron las 25 mesas anunciadas por la Secretaría de Economía (de hecho, en algunas ni siquiera se presentaron las posturas de los tres países).

A pesar de ello, la siempre alegre Secretaría de Economía –es de suponer que por instrucciones de su titular, Ildefonso Guajardo– echó las campanas al vuelo y etiquetó su comunicado con una frase maravillosa: concluimos exitosamente la segunda ronda de negociaciones, la que actualizará el TLCAN, a través de nuevas reglas que generarán importantes oportunidades económicas para la región, fomentando un mayor crecimiento en beneficio de los tres socios. Y tan, tan. Quien crea en este rollo, qué bueno, y el que no, pues también.

¿En qué basa su entusiasmo? En lo siguiente, según el comunicado –marca Cantinflas– de la Secretaría de Economía: en el transcurso de estos cinco días, más de 20 grupos de trabajo compuestos por expertos comerciales y funcionarios técnicos, sesionaron para avanzar en las discusiones y el intercambio de información y propuestas. En varios grupos este compromiso resultó en la consolidación de propuestas en un solo texto sobre el cual los grupos de trabajo continuarán trabajando en las próximas rondas de negociación. Se obtuvo un importante progreso en varias disciplinas y las partes esperan avanzar, aún más, en las siguientes semanas. ¿Y?

Entonces, no hay nada mejor que estar muy bien informado por quienes dicen representarnos. De hecho, si se compara el alcance de las declaraciones, resulta mucho más contundente y propositiva la de la ministra canadiense de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland: Estoy muy contenta de estar en México. Hablamos mañana. Y a otra cosa.

Así es. Ya llegó, ya está aquí, la presentación del último paquete económico del gobierno peñanietista (el plazo legal vence el viernes 8 de septiembre) y sin duda alguna el Congreso –en medio de una colosal guerra de pandillas de la polaca nacional –está entusiasmado ante la cercanía de la propuesta de EPN para el ejercicio fiscal 2018. Ninguno de los pandilleros debe recordar que esta es una de sus obligaciones, pero el problema se agrava porque hasta ahora no hay autoridad instituida que la reciba, como en el caso del autodenominado quinto Informe de gobierno.

El citado paquete –sexto de la temporada– consiste en los Criterios Generales de Política Económica, la iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, más una que otra miscelánea en materia fiscal, en caso de que sea necesario. Hay que recordar que en los cinco ejercicios anteriores la bola de cristal de la Secretaría de Hacienda de todos, falló todos, es decir, de plano no dio una. Eran tiempos del ministro del (d) daño al frente de esa institución y su promesa de alcanzar un futuro promisorio se convirtió en un espectáculo de caídas, yerros y recortes.

Pero el armado del último paquete de la temporada peñanietista es responsabilidad de José Antonio Meade, quien mañana jueves cumple su primer añito al frente de la Secretaría Hacienda (en su segunda vuelta en el puesto, la anterior fue con Felipe Calderón).

Entonces, de cinco turnos al bate, Videgaray salió ponchado en igual número de ocasiones. Si hubiera cumplido su compromiso original, a estas alturas la economía mexicana registraría una tasa anual promedio de crecimiento de 3.54 por ciento (nada del otro mundo, pero sin duda mucho más de lo que realmente registrado), pero como no dio una a estas alturas la media a duras penas llega a 2 por ciento (recuérdese que una de las promesas fue que, de aprobarse, el paquete de reformas aportaría dos puntos adicionales al crecimiento normal del país, y todas fueron palomeadas por el Congreso, pero el par adicionalmente ofrecido brilla por su ausencia).

Llega el sexto y último paquete económico de la temporada, y el secretario Meade ya pintó su raya: el proyecto de presupuesto para 2018 volverá a ser austero, implicará de nuevo ajustes para el gobierno federal, pero nos va a permitir cumplir con lo que se prometió en materia de consolidación fiscal: ubicar al país en una ruta decreciente en la relación de deuda como porcentaje del producto interno bruto. Eso dijo, pero se supone que desde 2014 la austeridad ha sido la norma.

Las rebanadas del pastel

Por cierto, el amigo y socio de Peña Nieto y Videgaray no pierde oportunidad para demostrar públicamente cuánto quiere a México. Ayer tiró el plan DACA al cesto de la basura, con lo que poco más de 600 mil dreamers mexicanos (y cerca de 200 mil más de otras nacionalidades) se encuentran en el filo de la navaja y enfrentan el riesgo de ser deportados. Se veía venir, pero una vez más confiaron en el salvaje de la Casa Blanca. El gobierno de EPN sólo se lamenta (y los mexicanos se la mientan)… Y si de ex funcionarios fallidos se trata, allí está el caso de Sergio Alcocer, ex subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, a quien desde Los Pinos intentaron imponer como rector de la UNAM. A él y a sus padrinos la comunidad universitaria los mandó a paseo, pero parece que la cara dura es el elemento fuerte del susodicho, porque ahora intenta, fuera de tiempo, a golpe de empujones, zancadillas y tuitazos (al más puro estilo de Trump) imponer su candidatura para quedarse con la dirección de la Facultad de Ingeniería de la máxima casa de estudios. Pero debe tranquilizarse, porque la comunidad puma volverá a batearlo.

Twitter: @cafevega