Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 12 de julio de 2015 Num: 1062

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Ángel Rosenblat
y la filología

Leandro Arellano

Amores fragmentados
Febronio Zatarain

Magia
Diego Armando Arellano

Afrodiáspora:
del fuego y del agua

Esther Andradi entrevista con Susana Baca

El prodigioso Jean Ray
Ricardo Guzmán Wolffer

El asombro ante
el mundo y el Tao

Manuel Martínez Morales

Graham Greene: dos encuentros con la Iglesia
Graham Greene y Rubén Moheno

Rolling Stones:
¿la última gira?

Saúl Toledo Ramos

Leer

ARTE y PENSAMIENTO:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Naief Yehya
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El sueño idealista de La ruta de la seda
de Russ Ulbricht (I DE II)

Drogas libertarias

Como muchos otros ciberrebeldes y tecnoanarquistas libertarios, Russ Ulbricht desconfiaba de todas las formas de la autoridad y la represión estatal. Ulbricht estudió ingeniería y ciencias de materiales y obtuvo calificaciones sobresalientes. Pero una vez terminados sus estudios encontró ese campo de la física profundamente árido y decidió reorientar su atención hacia las cripto divisas, sistemas monetarios alternativos, digitales, descentralizados, para el intercambio de bienes y servicios cuyo valor depende exclusivamente de factores del mercado y de la criptografía, así como de la producción y verificación colectiva. La más famosa y representativa de estas divisas es Bitcoin. Ulbricht imaginaba que gracias a este tipo de herramientas era posible crear mercados anónimos, donde la gente pudiera adquirir cualquier cosa sin dejar rastro a la policía, a los inspectores fiscales o a cualquier otro entrometido. Inicialmente experimentó vendiendo libros en línea, pero poco a poco decidió que la mercancía ideal para un mercado transgresor como ése debían ser drogas ilegales; de tal manera pondría en evidencia no sólo la posibilidad de una reorganización económica sin más reglas que las leyes de la oferta y la demanda, sino también la inutilidad de la costosa, manipuladora y sangrienta guerra contra las drogas.

Mercado de la transgresión

En enero de 2011, Ulbricht finalmente subió su sitio a la red. Inicialmente lo llamó Underground Brokers, pero luego cambió a Silk Road (SR). Para acceder a este mercado era necesario el uso del programa anonimizador Tor o equivalentes. Una de las primeras transacciones que tuvo lugar en ese espacio fue que Russ vendió cinco kilos de hongos alucinógenos que él mismo sembró y cosechó. Al poco tiempo numerosos vendedores y compradores comenzaron a integrarse y a dar forma a un auténtico bazar virtual que Ulbricht administraba manualmente. El sitio creció de manera fabulosa y para junio de ese mismo año ya se había convertido en una especie de eBay subterráneo donde se podían adquirir los productos clandestinos más exóticos, como aquellos que enumera Joshuah Bearman en su artículo en Wired, “The Rise and Fall of Silk Road”:  “Cocaína colombiana escama de pescado, heroína afgana núm. 4, LSD fresa, hash caramelo, copos de cocaína Mercurio sin cortar, XTC estrella de la invencibilidad, MDMA Mitsubishi blanco, heroína alquitrán negro u orozuz del diablo.” Aparte de eso circulaban ahí toda clase de fármacos, opiáceos y antidepresivos y toda clase de medicamentos codiciados. El sitio estaba hecho de manera relativamente amateur, por lo que con el brutal incremento de tráfico y la circulación de grandes cantidades de dinero, requirió de una reprogramación profesional.

El culto del pirata

La Ruta de la Seda para Ulbricht era un negocio, pero también era un experimento social, un ejercicio purista de libertad extrema. Casi todo se valía en ese mercado, con la excepción de pornografía infantil, artículos robados y cualquier cosa que causara daño a terceros. Russ se fue convirtiendo en el gurú de SR y una figura de culto. En febrero de 2012, Russ adoptó el nombre de Dread Pirate Roberts (el Temido Pirata Roberts) inspirado en el personaje del filme Princess Bride, de Rob Reiner, un personaje que no es un hombre, sino una serie de individuos que se ocultan tras de una máscara. Más que un simple administrador, el Pirata era un ideólogo que sostenía debates en torno al poder del Estado, el control económico y los límites de la libertad, por lo que eran comunes las discusiones sobre la legitimidad de vender armas, órganos humanos, esclavos, o contratar asesinos a sueldo.

Servicio al cliente

La disponibilidad, facilidad de uso, seguridad y la posibilidad de los usuarios de calificar y reseñar a los vendedores, compradores y los productos, creaba un sistema de confianza sin precedente en el mundo de la droga que, más que consumidores satisfechos, generó masas de seguidores devotos. SR no pasó inadvertido y pronto el Pirata Roberts descubrió que numerosos agentes de Homeland Security, el Servicio Secreto, el FBI y la DEA estaban decididos a encontrarlo para destruir su trabajo. El propio senador de Nueva York, Charles Schumer, organizó una cruzada contra SR. Ulbricht era disciplinado y extremadamente cuidadoso; sin embargo, como sucede siempre, cometió un error. Ulbricht aseguraba que sr nunca sería encontrado, pero un problema de programación filtraba de cuando en cuando la dirección IP del sitio o la etiqueta de protocolo de internet. Un día, un agente obsesivo y atento tuvo suerte y astucia y la detectó.

(Continuará)