Opinión
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Desde el Otro Lado

Nueva excusa

U

no de los grandes misterios de la política migratoria en Estados Unidos (EU) es la contradictoria información que sobre el número de deportaciones de indocumentados circula en los medios. La Secretaría de Seguridad Interior estadunidense informa en su página electrónica que en los últimos siete años las deportaciones suman 2.5 millones aproximadamente.

La revista National Review, publicación ligada al Partido Republicano, dice que esas cifras son infladas por el gobierno. Sin embargo, las revistas The Economist y Fortune, ambas de tendencia conservadora, han descrito al presidente Obama como el deportador en jefe.

¿Quién tiene la razón? Es difícil saberlo, pero para algunos estudiosos del tema, como el historiador Ngai, de la Universidad de Columbia, la estrategia de Obama es demostrar su compromiso de proteger la frontera deportando a los indocumentados que han cometido un delito, y así ganar apoyo en el Congreso para concretar la reforma migratoria. Pareciera coincidir con los líderes del Partido Republicano, entre ellos el Senador ultraconservador Jeff Sessions, uno de los más acérrimos opositores a la reforma, quien asegura que la cifra de deportaciones está inflada para aparentar que Obama ha sido estricto con los indocumentados, cuestión que según Sessions es falsa.

Al margen de la interpretación que cada quien haga sobre este asunto, cabe preguntar: ¿cómo es posible que se siga estimando que hay 11 millones de indocumentados en el país si en los últimos siete años se ha deportado a 2.5 millones de ellos? Una de las explicaciones es que buen número de esas deportaciones incluye a quienes han cruzado la frontera y son deportados inmediatamente pero, en términos estrictos, no se incluyen en el censo de indocumentados. De ahí que los republicanos digan que la cifra oficial de deportaciones está inflada y, por tanto, es falsa.

En el fondo esta disputa sobre el número real de deportaciones parece una nueva excusa de quienes no desean que haya una reforma migratoria. Por lo pronto, han logrado que el líder republicano en la Cámara de Representantes haya decidido posponer la reforma una vez más. En última instancia, el propósito de poner en duda la palabra del presidente, es debilitarlo en su pretensión de concretar la reforma migratoria en un corto plazo. Quienes por todos los medios se han opuesto a ella habrán ganado si avanzan en ese propósito, y es fácil adivinar quiénes serán los perdedores.