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El convenio bilateral tiene vigencia hasta el 1º de enero de 2014

Embrollo jurídico, la prohibición a parejas de EU para adoptar niños rusos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 11 de enero de 2013, p. 26

Moscú, 10 de enero. La decisión de prohibir la adopción de huérfanos rusos por parejas estadunidenses, a partir del primero de enero, derivó en un embrollo jurídico, toda vez que el convenio bilateral en materia de adopción tendrá vigencia un año más.

El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, confirmó este jueves que el convenio que regulaba las adopciones dejará de tener validez el primero de enero de 2014. La cancillería rusa ya denunció este instrumento legal y, según lo estipulado, la anulación se hará efectiva sólo un año más tarde.

De este modo, al término del periodo vacacional de diez días que disfrutaron los rusos con motivo de Año Nuevo y la Navidad ortodoxa, salta a la vista que la respuesta de las autoridades a la llamada lista Magnitsky, adoptada en Estados Unidos contra funcionarios rusos en su opinión relacionados con la muerte del abogado, se encuentra en medio de un serio conflicto de leyes.

De acuerdo con el convenio bilateral vigente, los ciudadanos estadunidenses sí pueden adoptar huérfanos rusos; conforme a la ley promulgada por el presidente Vladimir Putin, no.

Los expertos consideran que, en principio, debería prevalecer el derecho internacional sobre una ley interna que se aprobó como respuesta de coyuntura al calor de la creciente confrontación política entre los parlamentos de Rusia y Estados Unidos.

En la práctica, sin embargo, creen que los matrimonios estadunidenses no podrán adoptar niños rusos, debido a que –para poder sacar del país a un huérfano– es necesaria una resolución de un juez y dan por descontado que los magistrados normarán su criterio por la prohibición establecida por el Kremlin.

Queda en el aire el destino de los 46 huérfanos que ya habían conocido a sus padres adoptivos estadunidenses antes de que Putin promulgara la ley, aunque todavía no habían concluido los trámites para su adopción.

La lentitud habitual de estos trámites, dicho sea de paso, contrasta con la celeridad con que las autoridades, como parte de un espectáculo de imagen, concedieron la ciudadanía rusa a Gerard Depardieu, el actor francés que no quiere pagar más impuestos y se prestó al juego de encomiar al Kremlin a cambio de un par de días de gloria en la provincia rusa de Mordovia.

Depardieu, que recibió un pasaporte interno ruso, equivalente a documento nacional de identidad, con fotografía descargada de Internet, según se demuestra con pruebas abundantes en las redes sociales rusas, no tiene intención alguna de residir en Rusia ni de pagar impuestos aquí.

El flamante ruso se dice ciudadano del mundo y aún confía en obtener otro pasaporte, esta vez de Bélgica, país miembro de la Unión Europea, que le permita seguir viajando en aviones privados sin las restricciones de visas que se imponen al resto de sus compatriotas.