Mundo
Ver día anteriorJueves 5 de julio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Abogada sostiene que se busca ocultar lo que robó el ex dictador

Abren el testamento de Pinochet; no se detallan los bienes que poseía
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 5 de julio de 2012, p. 35

Santiago, 4 de julio. La justicia chilena abrió este miércoles el testamento del fallecido dictador Augusto Pinochet, sin poder definir aún el monto y destino final de sus activos, bajo investigación por supuesta apropiación ilegal de millones de dólares.

La apertura del documento no arrojó sorpresas, pues contiene una distribución estándar de los bienes: la mayor beneficiada es su viuda, Lucía Hiriart, seguida en partes iguales por sus cinco hijos. El testamento –firmado el 3 de septiembre de 2000– no detalla los bienes –actualmente embargados– que poseía el ex dictador.

Oficialmente la fortuna del ex dictador se estima en 26 millones de dólares, 17 de los cuales no están justificados, pero en realidad son más de 200 millones.

En el testamento no se detallan los bienes. En el testamento se señalan los porcentajes que recibe cada persona, explicó el notario Humberto Quezada, presente en la lectura del documento.

De acuerdo con la ley chilena, 50 por ciento de los bienes se destina a los herederos forzosos, 25 por ciento va para mejorar a alguno de los beneficiados por la primera mitad, y otro 25 por ciento se destina a quien el testador desee.

De esa forma, la viuda del dictador debe recibir 62.5 por ciento del total de la herencia, mientras a sus cinco hijos les corresponde en conjunto 25 por ciento y a sus nietos y bisnietos el restante 12.5 por ciento.

El pasado 25 de abril, en medio de una alta expectativa, se abrió el último testamento de Pinochet, que éste elaboró en 2005, y en el cual sólo se cambió al albacea Óscar Aitken por Julia Hormazábal.

Ese documento modificaba en ese punto el testamento de 2000, abierto este miércoles y en el que, tal como se esperaba, distribuye su herencia entre los integrantes de su familia.

La abogada Carmen Hertz sostiene que este juego de testamentos sólo sirve para ocultar todo lo que robó el genocida durante su dictadura, entre 1973 y 1990.