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La goleada –5-1 en el global– terminó con sus aspiraciones

Va Tigres por el bicampeonato; humilla a Morelia en su casa

En los minutos finales Elías Hernández cerró la cuenta con un penal

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El equipo de Tigres goleó 4-1 a Monarcas, de esta forma los felinos pasan a las semifinales del Torneo Clausura 2012Foto Notimex
Periódico La Jornada
Lunes 7 de mayo de 2012, p. a42

Doce minutos fueron suficientes para que Tigres aplastara a Morelia. Para que consiguiera su pase a semifinales –donde enfrentará a Santos– de manera contundente y por gracia del talento de los flamantes jugadores del conjunto regiomontano, que asestaron al final un 4-1 (5-1 global). Doce minutos para abrir el marcador y anotar tres de esos goles que demuestran que el campeón defensor apunta seriamente por un nuevo título.

La tímida ventaja del campeón Tigres en el primer encuentro los hizo parecer menos incisivos durante la parte inicial del partido, que se jugó en el estadio Morelos. Tuca Ferretti dispuso no arriesgar de manera innecesaria ni un palmo de la cancha y mantuvo a su equipo parado con disciplina y precisión. Sin muchos espacios para circular la pelota, el juego fue escaso en los primeros 45 minutos, algunas llegadas, muy pocas, que hicieran levantar a los aficionados de sus asientos.

En ese ánimo un poco lento y gris, Lucas Lobos hizo la jugada de mayor peligro a los 45 minutos del primer tiempo. Elías Hernández desbordó por la banda derecha, lo hizo en un estallido repentino, como si quisiera revertir el poco juego de ese periodo y envió un centro impecable que fue cazado por Lucas Lobos, quien cabeceó con fuerza y estuvo a milímetros de abrir el marcador. Fue el mayor susto que hasta ese momento había sufrido Vilar.

En el descanso Tomás Boy debió hablar fuerte con sus jugadores, porque Morelia regresó al segundo tiempo con otro ánimo. Apenas sonó el silbato y salieron al asedio del arco de Tigres.

Con esa insistencia consiguieron un tiro de esquina que se aprestó a cobrar Huiqui; midió el área, buscó a sus compañeros y envió el disparo que, en los rechaces, le pegó a Ángel Sepúlveda, quien atónito vio como ese balón que no esperaba llegaba a uno de sus muslos y rebotaba fuera. Increíble, estaba justo frente al arco y sin obstáculo en una de esas oportunidades en las que parece imposible fallar.

Boy quedó hecho piedra al ver que su jugador conseguía lo imposible; Sepúlveda, con las manos en la boca miraba aterrado cómo había desperdiciado semejante oportunidad.

La apuesta fue entonces por el contragolpe. Elías Hernández, incontenible en todo el partido, desbordó por el carril derecho y con un bellísimo centro la pelota enfiló a Héctor Mancilla, quien retrasó de cabeza ante Hugo Ayala que apareció para fusilar. La pelota cruzó ese muro de defensas confundidos del Morelia, alguno obstruyó y cambió la dirección, lo suficiente para impedir que Vilar la atrapara e impidiera el primer gol al minuto 64.

La respuesta de Monarcas fue visceral y con esa ansiedad estuvieron a punto de marcar en el área de Tigres, pero Rafael Márquez Lugo no tuvo la puntería suficiente y su disparo cruzado se fue rozando un palo.

Diez minutos más tarde Tigres amplió la cuenta, con un tiro libre que cobró Lucas Lobos, quien sorprendió a Vilar descuidado y por el hueco le hundió el segundo tanto.

Después de esa anotación Monarcas se desmoronó. Los errores se multiplicaron de forma grosera, tras otra llegada de Elías Hernández, envió un centro que pasó junto al pie de Mauricio Romero y las manos de Vilar, en un yerro que estuvo cercano al ridículo; Edno Cunha se sorprendió al tener la pelota tan fácil, sólo la empujó y consiguió el tercero al 76.

El gol del descuento salió de los botines de Miguel Sabah al 86, quien consiguió adelantarse a la zaga felina y deslizar un tiro al centro del arco de Enrique Palos.

Con el partido en estertor, la frustración le ganó a Enrique Pérez, quien cometió una falta infantil sobre David Toledo con lo que regaló un penal a Tigres. Elías Hernández, un jugador que sudó la camiseta y fue clave en dos de los goles se encargó de cobrar el castigo y vencer a Federico Vilar. El portero yacía en el suelo, como las aspiraciones fallidas de Monarcas para avanzar a las semifinales.