Cultura
Ver día anteriorLunes 7 de mayo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Un grupo de artistas toma edificio de nueve pisos para montar Flesh and concrete

Okupan edificio para cuestionar el impacto negativo de la Supervía

La muestra reúne seis piezas, entre videos e instalaciones, que denuncian el daño ecológico y humano que causa la obra

La fundación Apexart, de NY, financió la exposición

Foto
La imagen corresponde a la pieza Vuelos, de Diana QuinteroFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de mayo de 2012, p. 8

A la manera de los okupas, pero con todas las de la ley, un grupo de artistas, curadores y promotores ha tomado un edificio de departamentos de nueve pisos, abandonado desde hace 20 años, para desplegar la exposición de seis piezas Flesh and concrete (Carne y concreto), la cual explora y cuestiona el impacto ecológico y humano de la autopista Supervía Poniente.

El espacio, ubicado en Periférico Sur 3380, Edificio B, colonia Jardines del Pedregal, es parte de un conjunto de cuatro inmuebles, de los cuales sólo uno tienen inquilinos, mientras los otros quedaron casi terminados, aunque nunca fueron vendidos o rentados por la compañía constructora, comenta en entrevista Julio Salazar, curador de la exposición junto con Jaya Klara Brekke.

Escogimos el edificio porque tiene vista hacia dos áreas diferentes, dice Salazar mientras hace un recorrido por los nueve pisos del inmueble, del penthouse a la planta baja, en los que se ocuparon sólo algunas de las amplias áreas para el montaje.

Una da al frente, donde construyen la Supervía y el segundo piso del Periférico, con un paisaje predominante de vialidades y concreto, donde incluso se observan las obras. Y otra, con vista al río Magdalena, que baja por la parte trasera del edificio. Cada piso es una antítesis entre el río de tráfico que tenemos de un lado y el río de agua que está del otro.

Los artistas son David Cruz, Diana Quintero, Ale de la Puente, Daniel Monroy Cuevas, Francisco Ugarte y Érick Diego, dice Salazar, e inicia el descenso.

Cruz filmó un video donde el protagonista es una persona que está en silla de ruedas en el segundo piso del Periférico. Dura 24 horas y trata sobre las facultades y los límites que puede tener un peatón al enfrentarse con una autopista completamente diseñada para automóviles. El significado de estar en una silla de ruedas y no poder integrarte a esa autopista.

Otro video con una imagen de un cuerpo de agua complementa al anterior. Es una pieza que David quiso integrar a la instalación para hacer referencia a los mantos acuíferos de la Magdalena Contreras y a las reservas que consumen agua, las zonas naturales protegidas que son el bosque de Tarango y La Loma, en la colonia La Malinche, por donde se construye la Supervía.

Diana Quintero creó una instalación que se activa por medio de sensores y, mientras se recorre, los proyectores alrededor muestran –sobre figuras recortadas en cartón blanco y colgadas del techo– tomas realizadas también en la Magdalena Contreras acerca de las cuatro especies de aves protegidas en esas áreas naturales.

Se ha reportado que son más visibles en otras áreas de la ciudad, porque están escapando de esas zonas debido a la construcción de la Supervía, comenta Salazar.

Ale de la Puente hizo una instalación en la que colgó de arriba a abajo del edificio 600 metros de banderines blancos y naranjas, para representar que todo está a la venta, explica el curador, y abunda:

Tomando en cuenta la forma en que se otorgó la concesión a la Controladora Vía Rápida Poetas, la compañía que desarrolla todo el proyecto de la Supervía y que lo va a gestionar durante un periodo determinado, los banderines representan que cualquier espacio donde los pongas o el espacio que ocupen se puede vender.

Daniel Monroy Cuevas proyecta imágenes del edificio abandonado en una pared. “El protagonista de su video trae un espejo que refleja la luz del Sol y por medio de edición va iluminando los espacios más oscuros. Al final de los tres videos, que duran siete u ocho minutos, todo el cuadro queda completamente iluminado.

Tomando en cuenta la falta de información sobre la construcción de la Supervía o del segundo piso, Daniel utilizó esta metáfora de iluminar los espacios oscuros. Tratar de dar información, luz sobre estas construcciones.

Francisco Ugarte utilizó un material muy etéreo: el humo. Hay cuatro máquinas de humo distribuidas en 240 metros cuadrados del espacio de exhibición. El humo hace que resalten las luces en cada cuarto, de las que se utilizan para construcción durante la noche, de color amarillo y rojo. Es otra metáfora de la falta de información para el público, incluso si la solicitas al Ifai, porque es clasificada.

Érick Diego utilizó plantas y flores que se encuentran en áreas protegidas de esta delegación para ponerlas en tres macetas colgadas en habitaciones diferentes. En las macetas colocó bocinas que reproducen y mezclan, mediante una captación inalámbrica, los audios editados del río de agua y del río de carros. Entre el 15 y el 17 de mayo, señala, Diego va a intervenir ese audio en vivo, acompañado de un chelo.

Cuenta Salazar que el equipo de trabajo encontró el edificio al buscar locaciones, luego de que la propuesta de exposición ganara la franquicia de Apexart, fundación de Nueva York que financia exposiciones alrededor del mundo.

La primera idea era hacerlo sobre la autopista de la Supervía y de ahí tratar la cuestión del urbanismo. La mayor inversión en la ciudad de México se está destinando para hacer infraestructura de transporte. Tenemos rentado este edificio por un mes con parte del premio que ganamos de Apexart. Pagamos 30 mil pesos y el premio completo es de 10 mil dólares.

Para mayor información sobre horarios y actividades en torno de la exposición, puede visitar apexart.org/exhibitions/brekkesalazar.php y fleshandconcrete.net.