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Marxistas y cristianos deben luchar por la paz, dice el ex presidente

Fidel Castro y el Papa sostienen un encuentro sereno; bromean con su edad
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El líder cubano Fidel Castro y el jerarca de la Iglesia católica, Benedicto XVI, durante el encuentro de media hora realizado ayer en La HabanaFoto Ap/Osservatore Romano
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 29 de marzo de 2012, p. 30

La Habana, 28 de marzo. Un encuentro sereno y de gran cordialidad, salpicado con bromas que abrieron paso a una animada conversación.

Así describió el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, la reunión de media hora que tuvieron este mediodía en la nunciatura apostólica el papa Benedicto XVI y el ex presidente Fidel Castro.

Era la tercera vez que Fidel hablaba con un Papa. La primera fue cuando visitó a Juan Pablo II en Roma, en 1996. La segunda, cuando lo recibió aquí, dos años más tarde.

Como era previsible, Castro y Joseph Ratzinger terminaron hablando de los desafíos del mundo, de cómo la ciencia no puede responder a la crisis en la ecología, la economía y la cultura.

El mismo Fidel había anticipado su enfoque, cuando publicó por la mañana un artículo centrado en la desigualdad social y la guerra. Escribió que la experiencia cubana para enfrentar un inhumano bloqueo que dura ya más de medio siglo le permitió llegar a la convicción de que marxistas y cristianos debían y podían luchar por la justicia y la paz.

Así lo proclamé y así lo sostengo sin vacilación, agregó. Ningún creyente de ninguna confesión sería partidario de una guerra mundial, razonó Castro.

El mismo anunció la entrevista: gustosamente saludaré mañana miércoles a Su Excelencia el Papa Benedicto XVI, como lo hice con Juan Pablo II, un hombre a quien el contacto con los niños y los ciudadanos humildes del pueblo suscitaba, invariablemente, sentimientos de afecto. Decidí por ello solicitarle unos minutos de su muy ocupado tiempo cuando conocí por boca de nuestro canciller Bruno Rodríguez que a él le agradaría ese modesto y sencillo contacto.

Según la versión de Lombardi, apenas llegó a la nunciatura, Castro le comentó al secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, que había dos beatificaciones que mucho le habían complacido, las de la Madre Teresa de Calcuta y la de Juan Pablo II.

Ya en la conversación con el Papa, ambos bromearon con la edad. Castro tiene 85 años y 7 meses y Ratzinger llegará a los 85 el mes próximo. Además de los intérpretes, sólo estuvo en la entrevista Dalia Soto del Valle, la esposa de Fidel. Al final se sumaron dos de los cinco hijos de la pareja: Antonio, el médico del equipo nacional de beisbol y Alex, fotógrafo de cabecera de su padre.

Las imágenes de esa parte final del encuentro son de las pocas en las que se haya visto Fidel Castro en familia. El líder cubano vestía un conjunto deportivo negro y tenía cubierto el cuello.

Castro, quien fue bautizado y se educó con lasallistas y jesuitas, preguntó primero sobre los cambios en la liturgia católica, comparada con la que él conoció en su niñez y juventud. Indagó sobre los deberes del Papa y luego pasó a los problemas del mundo, tema recurrente en sus artículos. Al final le pidió al pontífice que le mandara un libro sobre ese punto.

Reflexiones de Fidel Castro