Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 4 de diciembre de 2011 Num: 874

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

En el mar de la cultura alemana
Alia Lira Hartmann

Nómade, mutante y migrante: literatura alemana actual
Esther Andradi

Teatro alemán en México
Juan Manuel García

Joven poesía alemana

Nueva prosa en alemán

Las trenzas de Herta Müller
Lorel Manzano

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Naief Yehya
[email protected]

Siria ante el precipicio (I DE II)

Revueltas inconclusas

Nada se ha ganado aún en las revueltas de primavera-verano-otoño árabes. Con la excepción de Túnez, un país relativamente marginado del mundo árabe, donde lentamente los cambios parecen comenzar a encauzar a esa sociedad hacia una tímida democracia–aunque el incremento en salarios y empleos no se ha materializado. Tras la caída de Mubarak, ahora el pueblo egipcio tiene que confrontar a un enemigo aún más peligroso: el general Mohamed Hussein Tantawi, líder del Concejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que no respetará la voluntad popular a menos que EU se lo imponga. En Bahréin los manifestantes han sido aplastados y sus simpatizantes han sido amedrentados. Incluso el personal médico que cometió la ofensa de atender a los manifestantes heridos fue encarcelado, torturado y condenado a penas absurdas. Kadafi fue derrocado y asesinado, pero en su lugar ha quedado una turba intensamente comprometida con sus colegas golpistas de la OTAN, sus aliados europeos y estadunidenses. En Yemen la gente sigue en las calles mientras el presidente Ali Abdulah Saleh sigue maniobrando con la ayuda de sus amigos saudíes en busca de la fórmula para conservar aunque sea algo de poder. Por su parte, Arabia Saudita ha podido reprimir bestialmente a su minoría chiíta sin que la prensa haya tenido la oportunidad siquiera de observar.

Oportunismo y miopía

Inicialmente las revueltas árabes eran malas noticias para los socios, proveedores y cómplices de los sátrapas de la región. Sin embargo, sucedió algo milagroso. De pronto también los regímenes considerados hostiles a Occidente comenzaron a tener problemas con sus muy desilusionadas y frustradas multitudes. Un dolor de cabeza para EU y Europa se convirtió en una oportunidad de oro para deshacerse de viejos enemigos. Así se colapsó Kadafi, a pesar de haber coqueteado con Occidente hasta perder todo pudor, y ahora parece tocarle su turno a Siria, el único Estado árabe que ha mantenido una postura congruente durante las últimas cuatro décadas respecto al conflicto palestino-israelí. Siria ha estado en la lista de villanos de la Casa Blanca desde los años sesenta y, en gran medida, es uno de los principales protagonistas de lo que aún puede considerarse como una posición árabe independiente. Lamentablemente, el régimen de Hafiz al Assad que heredó, en uno de esos vomitivos rituales despóticos, nepotistas y autoritarios, su hijo Bashar, practica el viejo sistema de que la paz interna equivale al silencio y la sumisión del pueblo. La brutalidad policíaca, la tortura, las desapariciones y las masacres están en la lista de los recursos con que el régimen baathista de Damasco controla la disidencia. Como otros regímenes cercados por potencias extranjeras, el sirio usa la amenaza externa como justificación para mantener un férreo control de todas las expresiones populares y de cualquier activismo político de oposición (un concepto casi inexistente en un país donde el dictador tiende a reelegirse con el noventa y nueve por ciento de los votos). Como otros detestables tiranos paranoicos, el gobierno sirio no permite ahora la presencia de corresponsales extranjeros, una medida miope y contraproducente, ya que si bien no impide que corran noticias (miles de blogs, videos y artículos de periodistas y ciudadanos circulan por la red) o rumores de lo que sucede en el país, sí permite que los enemigos del régimen difundan cualquier cantidad de mentiras, distorsiones y auténticas incitaciones a la violencia.

Con amigos como éstos…

Siria no es un país que cuente con muchos aliados y en estos momentos la mayoría de sus amigos la han abandonado: Turquía ha pedido la renuncia del Assad y ha declarado:  “Siria ya pasó el punto de no retorno”; el emir de Qatar se ha aliado con sus vecinos para acosarlo, al grado de que ha convertido a la usualmente respetable Al Jazeera en un vehículo propagandístico (repitiendo rumores y noticias sin confirmar, en una campaña en contra de Siria comparable a la del fraude noticioso que se conoce como Al Arabiya) para atacarlo. Las potencias occidentales, Arabia Saudita (sin duda uno de los peores enemigos de los derechos humanos en el mundo) y sus vecinos incondicionales del Golfo Pérsico, ya planean irresponsablemente lanzar en contra de Damasco una ofensiva semejante a la que usaron contra Libia; el primer paso, que es la suspensión de la Liga Árabe (esa pandilla de tiranos reaccionarios que jamás han defendido otro derecho que el de oprimir a sus pueblos y que permanecieron impávidos mientras los ejércitos de Egipto, Marruecos, Omán, Bahréin y Jordania mataban a sus compatriotas civiles) tuvo lugar hace varias semanas.

(Continuará)