Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 4 de diciembre de 2011 Num: 874

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

En el mar de la cultura alemana
Alia Lira Hartmann

Nómade, mutante y migrante: literatura alemana actual
Esther Andradi

Teatro alemán en México
Juan Manuel García

Joven poesía alemana

Nueva prosa en alemán

Las trenzas de Herta Müller
Lorel Manzano

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Germaine Gómez Haro

Rodolfo Nieto: extraordinario dibujante

Documentar la obra sobre papel de un creador cuyo quehacer artístico se caracterizó por la diversidad de técnicas que exploró a lo largo de toda su carrera, resulta un proyecto de gran trascendencia si tomamos en cuenta que el trabajo sobre papel –incluida la obra gráfica– ha sido en muchos casos injustamente catalogado como “el patito feo” en las artes plásticas de nuestra época. Es, por lo tanto, imprescindible insistir en la importancia de este género, teniendo en cuenta que, sobre todo a partir del vertiginoso boom del mercado del arte en la segunda mitad del siglo pasado, se ha privilegiado la pintura sobre tela u otro soporte similar, por encima del trabajo sobre papel, cuya comercialización, en términos económicos resulta, a todas luces, mucho menos atractiva. No exagero al decir que para mucha gente la gráfica y el dibujo o pintura sobre papel son considerados obras  “menores”, o inclusive simples “bocetos” dentro del quehacer del artista, y esto por mero desconocimiento o ignorancia de la relevancia y la grandeza que la creación sobre papel significa dentro de la práctica artística. Ya no digamos que hay artistas multicelebrados hoy en día que ni siquiera saben dibujar. ¿Para qué tomarse la molestia si el rigor en la factura ya está en desuso?

La obra sobre papel de Rodolfo Nieto cuenta con un amplio y multivariado corpus de dibujos, óleos, estampas, collages, tintas, acuarelas y gouaches sobre papel, como se aprecia en el espléndido volumen Rodolfo Nieto. Trazos íntimos, recién publicado por la Secretaría de Cultura del gobierno de Oaxaca y la Asociación Civil Amigos del Museo de los Pintores Oaxaqueños (MUPO), un hermoso libro-catálogo que registra la exposición que se llevó a cabo en dicho museo para dar a conocer la magnífica colección que esta institución adquirió de la familia del artista. Pero, más allá del registro de esa muestra, este libro es un valioso testimonio de una faceta fundamental del pintor Rodolfo Nieto, figura clave de la plástica oaxaqueña contemporánea cuyo trabajo, dicho sea de paso, me atrevo a señalar que no ha sido reconocido tan ampliamente como lo merece. Este hermoso libro contribuirá también a tan necesaria difusión.

Nieto logra una síntesis formal de esencia profundamente lírica y poética, centrada en la representación de figuras humanas estilizadas y animales fantásticos que, en algunos casos, se alejan de la representación formalista para adentrarse en los ambiguos parajes de la semiabstracción. El diseñador Claudio Sánchez Islas (Carteles Editores) logró con maestría conformar un caleidoscopio de dibujos que aparecen bellamente impresos, y que nos llevan de la mano por los diferentes estados de ánimo que suscitaron su realización, revelándonos a un artista a veces lúdico, siempre ensimismado, profundamente poético y quizás también iracundo y angustiado, como lo denotan algunos de sus trazos enérgicos y arrebatados. Se incluye un ensayo de Juan Carlos Pereda y la semblanza realizada por el propio diseñador. Pero, además, hay un detalle que me parece de gran encanto y un acierto en esta edición: se incluyeron cuatro cartas facsimilares escritas por el pintor a su madre, doña Josefina Labastida, y un juego de postales que ilustran escenas y paisajes costumbristas de Oaxaca en la época del pintor. Éstas se resguardan en una carterilla hecha con este propósito y, como guiño lúdico, el diseñador colocó una de las cartas suelta entre las páginas, dando al lector la impresión de que fue dejada casualmente ahí .

Este libro es, en sí, un espejo de la sencillez, elegancia y sofisticación que Rodolfo Nieto imprimió a todo su trabajo. Una publicación que va más allá de la estética del libro de arte, ya que su contenido –bien pensado, diseñado y producido– le proporciona al lector una imagen viva de este genial artista que un día sentenció:  “Trato de hacer una pintura antagónica, llena de tensiones. Hago materias abyectas junto a materias preciosas”, palabras que, de alguna manera, se leen entre líneas al recorrer las páginas, y sintetizan la dicotomía plástica del artista oaxaqueño, cuya obra oscila entre la poética del imaginario y la expresividad adolorida.