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Considera difícil que se apruebe bajar el número de legisladores

La reforma legal a la Cámara no será profunda: Ramírez Marín

Economía y seguridad dominarán la agenda de los congresistas

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Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, durante la entrevista con La Jornada en San Lázaro Foto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Martes 14 de septiembre de 2010, p. 12

El Poder Legislativo no debe apostar a denigrar, desestimar, debilitar o aniquilar al Ejecutivo federal, con el que es necesario construir una relación institucional y de apoyo recíproco, porque sería terrible que se dejara de creer en el Congreso federal como alternativa para la vida democrática. De otra manera estaríamos jugando a aniquilarnos mutuamente, afirmó Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la mesa directiva en la Cámara de Diputados.

Al comienzo del segundo año de sesiones de la 61 Legislatura, el político yucateco manifestó que reposicionar al Poder Legislativo no es trabajo de un año ni de un solo hombre. Debe ganarse, expresa, el respeto de la sociedad y que los legisladores hagan su trabajo para evitar que sobrevenga el descrédito.

Cuando nos quejamos de nuestros congresos de alguna manera estamos lamentando lo que somos. Me parece que una de las propuestas viables para normar nuestros trabajos es revisar en pleno mandato si cumplimos. Por supuesto, ello es aplicable al Ejecutivo, a los diputados y a los senadores, enfatizó el legislador.

–¿Será posible cambiar la ley orgánica del Congreso para modernizarlo?

–Estoy seguro que sí. La elección de la mesa directiva nos va a forzar a cambiar cosas de la ley orgánica; por ejemplo, la composición de los órganos de gobierno. En mi opinión, está retrasado en cuanto a lo que el Congreso necesita. La administración de la Cámara también está un poco rezagada. La ley orgánica actual dispone que haya un Congreso no sólo complejo, sino realmente complicado. Alcanzar acuerdos es muy difícil. El sistema parece que está diseñado para bloquear los convenios.

Cambios poco visibles

A lo mejor no será una reforma visible, como bajar de 500 a 300 el número de diputados, pero si dejamos de tener sesiones sólo para discutir temas sin obtener resultados sería un cambio importantísimo. Si tuviéramos formas de poder sancionar a quienes no llegan a comisiones será un cambio notable. Una Cámara que se exalte, debata y riña verbalmente, pero que dé resultados y obtenga logros. No siempre ha pasado aquí, y las legislaturas que lo han logrado han sido muy exitosas.

–¿El proceso electoral será factor que ensuciará la posibilidad de construir convenios en el Congreso de la Unión?

–Por supuesto que sí. Intoxica el ambiente por diversas razones. Un grupo considera que la intención de los otros dos es desaparecerlo, y éstos leen que hay uno que tiene fijación o interés por conquistar el poder, que es capaz de pasarles por encima. Si no encontramos racionalidad a la manera en que piensan esos tres grupos políticos, el Congreso estará metido en problemas a la hora de construir acuerdos. Si logramos dejar aquí toda la política y dejar fuera la campaña, tendríamos una Cámara sumamente dinámica y productiva. Se construirían convenios.

–¿Los políticos podrán desarraigarse verdaderamente de sus intereses para alcanzar acuerdos?

–No se necesita tanto como desarraigarse, sino aplicar lo que dicen la ley y el reglamento. Si te guías sólo por eso, no hay desarraigo. Yo sigo siendo priísta y congeniando absolutamente con las ideas del Partido Revolucionario Institucional. Una manera de verlo es que vamos a chocar y otra que estamos muy cerca de coincidir. Eso requiere trabajo para que los diputados se sienten a negociar una y otra vez. Hoy el Congreso no propicia los encuentros. Llegamos a las comisiones todavía sin que se haya hecho el trabajo político de fondo, y ello es un error. Hay que tejer fino, que las comisiones realmente hagan todo el trabajo de diálogo y de contacto con las distintas fuerzas.

–¿Cuál tendría que ser la agenda legislativa del Congreso?

–La cuestión económica, la seguridad y el desarrollo social. Lo financiero llevará el peso fundamental de aquí al 15 noviembre. En paralelo estará la agenda de seguridad. Me ha sorprendido que todos los grupos prioricen el desarrollo social, lo cual llevará a la revisión del sistema asistencialista mexicano.

–¿El gobierno les envió un presupuesto plano?

–Lo envió como siempre, con las líneas generales. Quizá son las más importantes del paquete económico, pero diciendo a los legisladores bueno, ustedes comiencen a escribir sobre estas hojas semi en blanco y yo voy viendo qué sí y qué no. No creo que sea el mejor de los sistemas, porque propicia que vayamos al reparto, cuando deberíamos ir a la elaboración de un presupuesto de políticas económicas a aplicar, y aquí terminamos decidiendo una carretera o media, o si le ponemos uno o 35 gallineros a un municipio.

–¿Habrá una relación tersa con el presidente Calderón?

–Será así en la medida en que las cosas sean suaves. No puedo apostar a que nunca vayamos a intercambiar críticas el Legislativo y el Ejecutivo, pero lo que sí puedo decir es que el Presidente debe respaldar y fortalecer al Legislativo, y éste al mandatario.