Política
Ver día anteriorMiércoles 8 de septiembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Guerra sucia en Colombia
Los héroes sí existen
Foto
Bienvenida en el aeropuerto de La MacarenaFoto Blanche Petrich
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de septiembre de 2010, p. 3

La Macarena, Meta. Las oficinas de turismo colombianas promueven la reserva natural de La Macarena, ubicada en el centro del país, como un lugar seguro para los viajeros. Sobre todo la visita a Caño Cristales, un río espectacular y límpido, donde dominan los colores púrpura y verde por efecto de unas algas endémicas en esta zona de biodiversidad única.

El vendedor de boletos de las avionetas que cubren el trayecto de la base militar de Villavicencio hasta la pista de La Macarena es un entusiasta promotor y muestra a los viajeros fotografías del tesoro natural que les espera.

El sitio queda a 250 kilómetros de la cabecera municipal, pero no hay una sola carretera accesible. Los azarosos viajes en autobús pueden tardar 10 horas por la ruta incómoda, que incluye tramos de transporte fluvial, o 15 horas por la cómoda, pura brecha.

Lo que los agentes viajeros no mencionan es que el sitio queda en el corazón de uno de los muchos teatros de guerra que persisten en el país. Tampoco refieren que para una población de 250 mil personas en el municipio (apenas 3 mil en el casco urbano) hay cerca de 20 mil soldados estacionados permanentemente. Que cerca de la mitad de los colonos han huido, presionados por bandas ilegales que los fuerzan a vender sus tierras para sembrar coca. Y que el sitio ya es famoso, no por el paseo prometido, sino porque alberga una de las fosas comunes más grandes que ha dejado el conflicto armado.

Cuando la avioneta aterriza en la pequeña pista y los pasajeros esperan que la carreta jalada por un burro termine las maniobras de descarga (cebollas y jitomates, una moto y todo tipo de enseres para estos poblados aislados), un gran promocional castrense da la bienvenida a esta zona marcada por una profunda crisis humanitaria: Somos gente común que hace un trabajo excepcional. Los héroes en Colombia sí existen.

Estos héroes del ejército dominan todo en el pueblo. Cada peso que gasta la autoridad municipal pasa por el control militar. Todos los permisos de obra pública los aprueba la comandancia. Cada visitante queda debidamente fichado por la policía militarizada. En patrullas y bien armados, los soldados se mueven por las calles; son los únicos clientes en las mesitas al aire libre de las panaderías y en las cantinas. Los civiles se hacen a un lado cuando llega un grupo a comprar a la carnicería. Nada se mueve en el muelle del río sin su permiso.

Y sobre todo, nadie habla con extraños. Es demasiado peligroso.