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La zanja y Essential Killing, dos de las películas favoritas para obtener el León de Oro

La Mostra lucha por mantenerse en el mapa ante la fuerte competencia del Festival de Toronto

Clint Eastwood, Robert Redford y Danny Boyle, entre otros, optaron por el encuentro de Canadá

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La actriz Delfine Bafort, durante la alfombra roja de la cinta Promises Written in WaterFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de septiembre de 2010, p. a10

Venecia, 7 de septiembre. Ante la escasez de estrellas de Hollywood, los altos precios de Venecia y la dura competencia de Toronto, la edición de este año del festival pelea por mantenerse en el mapa como una de las citas más prestigiosas del cine internacional.

La sede en sí es un lugar en construcción, después de largos retrasos en las obras del nuevo Palazzo del Cinema, su principal sala de proyecciones, que ahora esperan terminar en 2012.

Sobre la ribera, el legendario hotel Des Bains, donde Thomas Mann ambientó su clásico Muerte en Venecia y Luchino Visconti rodó su famosa adaptación al cine, está cerrado y es remodelado para convertirlo en departamentos de lujo.

Con la reciente crisis financiera, que aún golpea, la Mostra siente el efecto del Festival de Toronto, que coincide algunos días con Venecia y ofrece muchos de los mismos filmes.

Su ubicación en Norteamérica, precios más bajos y la presencia de muchos directivos de la industria, que cierran acuerdos, hacen de Toronto una alternativa tentadora y más económica para los estudios que quieren presentar sus películas en la carrera hacia la temporada de premios.

Cuestión de dinero

Para las estrellas estadunidenses simplemente es mucho más sencillo ir a Toronto, y para los productores es una cuestión de dinero. Cuesta la tercera parte que Venecia o menos, dijo Natalia Aspesi, veterana crítica de cine del diario italiano La Repubblica.

Mientras el festival, el más antiguo del mundo, se acerca a la ceremonia de premiación, el sábado, la mayoría de los espectadores cree que la propuesta de filmes de este año es fuerte, pero carece de una obra maestra que lo convierta en histórico.

Entre las películas que optan al León de Oro está la china The Ditch (La zanja), dura mirada al destino de los prisioneros políticos condenados a campos de trabajo forzados en 1960.

Otros críticos apuestan por Essential Killing, en la que Vicent Gallo interpreta a un combatiente talibán que huye de las tropas estadunidenses, sin pronunciar una sola palabra en toda la película.

Fuera de competencia está el documental de Casey Afflek sobre Joaquin Phoenix y su transición de aclamado actor a caótico aspirante a músico de hip hop y que, tanto si es real como si no, ha atraído gran atención de los medios.

Directores como Clint Eastwood, Robert Redford y Danny Boyle han optado por estrenar sus películas recientes en Toronto, que comenzará mañana.

Marco Müller, el respetado director del Festival de Venecia, puso buena cara e insistió en que cree que los dos encuentros pueden coexistir.

Estoy convencido de que Venecia aún es fuerte. La visibilidad, el impacto de una película se se crea aquí y después de Toronto sólo se termina de evaluar el mercado potencial de la película, agregó.

También señaló que cree que algunas cintas proyectadas en Toronto no son lo bastante buenas para Venecia, en especial cuando llegan con condiciones de los estudios. Por ejemplo, rechazó The American, con George Clooney, porque los productores querían que inaugurara el festival.

Müller optó este año por directores jóvenes –el promedio de edad de los cineastas en la competencia es de 47 años– que no encajan en Hollywood, en lugar de inclinarse por nombres de primera línea.

El desfile de famosos es vital para mantener el revuelo mediático en torno al festival y, por ahora, por su alfombra roja han pasado Natalie Portman, Catherine Deneuve y Quentin Tarantino, muy lejos de la multitud de famosos de ediciones pasadas.

El filme del actor y director estadunidense Vicent Gallo, Promises Written in Water, fue recibido con algunas risas e incluso abucheado en la proyección del lunes.

El protagonista es el propio Gallo. La música también es de él, así como el montaje, el guión, la dirección y la producción. Luego, claro, la cámara lo muestra durante los 70 minutos siguientes prácticamente solo: cómo camina por la habitación, cómo desempeña su trabajo en una funeraria y cómo conversa con su novia.

Sin embargo, el director, a quien también se pudo ver como actor en la película en competencia Essential Killing, fracasa en todas sus ambiciones, ya que las imágenes en blanco y negro y los escasos diálogos, en vez de parecer un ambicioso cine artístico, parecen impostadas y pretenciosas.

Sí son profundos los temas que aborda Gallo: la despedida, la muerte, la tristeza, el amor y las relaciones. Sin embargo, no queda claro qué quiso mostrar exactamente con su película. El director se negó incluso a hacer algún comentario en el catálogo y la conferencia de prensa con él fue suspendida poco antes de realizarse.

El actor presentó su anterior película hace siete años en el Festival de Cannes (The Brown Bunny) y se llevó uno de los abucheos más fuertes que se recuerdan en al menos la década pasada.

Trauma de los soldados de EU

En el encuentro fílmico se estrenó también un documental que explora el trauma de los soldados estadunidenses que regresan de la guerra en Irak y luchaban por volver a su vida normal con poca o ninguna ayuda del Ejército.

La periodista italiana Mónica Maggioni llamó a su película War 54, en referencia a la sala siquiátrica del hospital Walter Reed, que trata a los veteranos del Ejército en Washington.

Por medio del vívido relato del soldado Kristofer Goldsmith y el de la familia de un marine que se suicidó tras regresar de Irak, la historia aborda un fenómeno cada vez más alarmante que continúa siendo tabú.

El número de suicidios en el ejército estadunidense aumentó exponencialmente desde 2001 y en 2009 superó la cifra de caídos en combate, de acuerdo con la revista Army Times.

El desorden de estrés postraumático es algo que, al menos mientras estaba allí, nadie quería admitir, dijo Goldsmith en una entrevista.