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ONG y el acusado niegan que estuviera en el lugar del atentado

Ordenan arraigar a cura señalado por asesinato de edil y regidor oaxaqueños
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 24 de junio de 2010, p. 33

Oaxaca, Oax., 23 de junio. La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) ordenó arraigar al sacerdote Martín Octavio García Ortiz, a quien se acusa de instigar los asesinatos del presidente municipal priísta de San José del Progreso, Óscar Venancio Martínez, y del regidor de salud, Félix Misael Hernández, perpetrados el sábado anterior, supuestamente por miembros de la Coordinadora de Pueblos Unidos por el Valle de Ocotlán en Defensa de la Naturaleza y la Autonomía Popular, que se opone a la explotación de la mina La Trinidad, propiedad de la compañía mexicana-canadiense Cuzcatlán.

El subprocurador Netolín Chávez Gallegos informó que el clérigo fue arraigado por 30 días, a partir de acusaciones presentadas por priístas afiliados a la organización San José, Defendiendo Nuestros Derechos.

Explicó que la PGJE investigará las imputaciones y recabará pruebas para determinar si el sacerdote es consignado a un juez.

Destacó que el clérigo manifiesta que no estaba en el lugar de los hechos.

La Comisión Diocesana de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, el Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño y la Iniciativa Ciudadana Oaxaca condenaron la agresión de priístas a Martín Octavio García, negaron que el religioso esté implicado en los homicidios y responsabilizaron del incidente al gobernador Ulises Ruiz Ortiz y a la minera.

Los organismos expusieron en un comunicado que los priístas iniciaron en noviembre de 2009 una campaña contra el sacerdote e incluso dijeron a la Procuraduría General de la República que era miembro del Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Explicaron que el día de los homicidios el clérigo y el coro de su parroquia se dirigían al templo de San José del Progreso a celebrar una misa a las 19 horas, pero un grupo de personas armadas les bloqueó el paso y los obligó a bajar del vehículo en que viajaban.

Sostuvieron que los desconocidos le dieron una golpiza al cura y lo llevaron al domicilio de Servando Arango, donde lo retuvieron hasta la madrugada del domingo, para luego entregarlo a la PGJE, en cuyas instalaciones permaneció supuestamente por su seguridad, pero se quedó en calidad de presentado y lo acusaron de ser el autor intelectual de los asesinatos.