jornada


letraese

Número 165
Jueves 8 de abril
de 2010



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate



editorial

Joaquín Hurtado

Una plática

El director de un plantel al norte de Nuevo León solicita una charla sobre sexualidad. A los profes les preocupa el alto número de embarazos entre los adolescentes. Lo que en otros tiempos hubiera sido un viaje de rutina hoy reviste otros matices. La gente ya no quiere viajar por carretera. El día anterior ocurrió un enfrentamiento en un rancho no muy lejos de la escuela. Varios helicópteros artillados emboscaron una población civil con un saldo oficial de ocho muertos, la Marina armada de México reportó que las bajas eran miembros de equis cártel. Los rumores afirman otra cosa.

Enfilamos rumbo a Colombia, así se llama donde termina este camino. Revisión en un primer retén montado por la policía federal. Luego otro filtro de militares. Nosotros venimos cargados sólo con condones y folletos. Es una misión educativa, informamos a los matones del gobierno. Pasamos. El sol está radiante, los cerros lucen una vegetación nueva después de un invierno atípico por lo prolongado y gélido. En la entrada del pueblo un grafiti advierte: “Ríndete a Dios o te carga la verga”.

La Preparatoria sigue un modelo de educación técnica-terminal. Más allá no hay nada. Después de esta oportunidad escolar sólo hay un horizonte de migración, desempleo, delincuencia. Los chamacos son tratados por los maestros como reos de alta peligrosidad. A más gritos y rudeza verbal de parte de los profes responden con mayor indisciplina. Quizás yo sería igual de rebelde con semejantes carceleros. El auditorio ronda entre los dieciséis y los veinticinco años de edad. Qué opulencia de cuerpos, cuánta sexualidad insolente.

Comienzo a hablar. Percibo bostezos, miradas ausentes, perruno aburrimiento, sinónimos del fracaso de mi intervención. Los profes van y vienen por los pasillos con actitud déspota, sabotean mis intentos por transmitir alguna información. En un último esfuerzo por hacerme escuchar decido cambiar la estrategia. Pido a los maestros que se sienten, ya que así no puedo continuar. Se levanta una quemante bulla. Los maestros se acomodan juntitos al fondo del salón, tratan de protegerse del inminente ataque de los malditos.

Giro el timón de mi discurso: “Yo como ustedes, chavos, estoy aquí un poco a la fuerza. Me pidieron que viniera a hablarles de sexo, pero yo prefiero practicarlo, me encanta, yo empecé a coger desde que estaba en la primaria”. Los chavos pelan los ojos, guardan un silencio expectante. Florecen risitas nerviosas. Ya son míos. Sólo por esos cuarenta minutos son míos. Aplausos de despedida. Me traigo la sensación de que allí se ha realizado otro milagro de la vida. Un pequeño lujo en tiempos de bayonetas.


S U B I R