Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 31 de enero de 2010 Num: 778

Portada

Presentación

Haití en el epicentro
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

“Me quedo en Haití”
BLANCHE PETRICH

Corazón atado
ARTURO OREA TEJEDA

Del amarillismo como motor de ayuda
JORGE MOCH

¡Oh infelices mortales!
ANDREAS KURZ

Sonidos de y para Haití
ALONSO ARREOLA

El infierno de este mundo
ROBERTO GARZA ITURBIDE

Haití, año cero
JEAN-RENÉ LEMOINE

Toda tierra es prisión
GARY KLANG

Cuatro poetas haitianos

Haití y la brutalidad del silencio
NAIEF YEHYA

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Sonidos de y para Haití


Rescate de Ana Zizi por los topos mexicanos.
Foto: Paul Jeffrey/AP

Alonso Arreola

Más que reseñar desempeño o repertorio musical, aplaudimos el esfuerzo que uniera a tantas estrellas del rock y pop anglosajones el pasado 24 de enero en favor de la reconstrucción de Haití. Muchas fueron las cadenas televisivas estadunidenses que enlazaron su señal para recaudar fondos con un teletón sonoro, Hope For Haiti Now, en el cual participaron actores y directores de Hollywood, así como figuras de la talla de Sting, Alicia Keys, Christina Aguilera, U2 , Rhianna, Jay-Z, Sheryl Crow, Kid Rock, Coldplay, Beyonce, Keith Urban, Dave Mathews, Neil Young y otros tantos entre los que destacó Wyclef Jean, famoso hiphopero de origen haitiano que, justamente durante los días de la tragedia, preparaba un documental sobre la música del país caribeño.

En tal encuentro, realizado simultáneamente en Londres y Nueva York, la única latina fue Shakira, aunque por su lado la comunidad hispana hizo lo propio desde Miami, en donde cantantes como Alejandro Sanz cantaron pidiendo el donativo de los televidentes. Según se calcula, más de 40 millones de dólares fueron recolectados por estos esfuerzos; sin embargo la ayuda seguirá elevándose, pues son cientos los músicos que, vía disqueras y portales de internet, están produciendo piezas, discos y proyectos especiales dirigidos a la misma causa.

País pobre entre los pobres, sabemos que Haití no estaba prevenido para enfrentar terremotos ni por infraestructura ni por economía. Lo cierto, como pasa siempre en lugares marginados, es que a lo largo del tiempo y desde su independencia en 1804 –la segunda del continente y la primera de América Latina–, su música ha sido paliativo generoso, fuente de grandes ejecutantes y riqueza rítmica. Sobresale en su panorama el Kompas, género dinámico plagado por cantantes virtuosos. Su origen se remonta a las raíces africanas combinadas con la influencia francesa que los conquistara, y la España apropiada por sus vecinos Cuba y República Dominicana.

Producido en distintas velocidades, el Kompas de hoy suena muy pop aunque sus guitarras mantienen líneas intrincadas, diálogo perfecto para percusiones y bajos en contratiempo. Cantada en francés, castellano o inglés, su temática es variada pero sobre todo urbana, pues la isla sufrió una de las mayores deforestaciones del planeta, producto de malas decisiones y paranoias gubernamentales, nacidas sobre todo durante los tiempos de dictadura. Desafortunadamente, son pocos los compositores haitianos exitosos fuera de sus límites. Digamos que el mercado global prefiere productos más claros a su oído: o lo típicamente africano o lo típicamente caribeño, pero no esta extraña mixtura de ambos.

Otra música reconocible en la zona es el Zouk, también compartida por Guadalupe, Martinica y la misma Dominicana. Más simple y parecida al Calypso, su cadencia armónica es sencilla, perfecta para la playa. De ahí que creciera y se modificara conviviendo con muchos otros géneros de la región como el Biguine (de origen centro europeo), la Mazurca (nacida en Polonia e introducida a Haití por los franceses criollos), el Quadrille (proveniente del baile de salón francés), el Kadans (nombre caribeño para la cadencia europea) y el Gwoka (música tradicional de Guadalupe). En todos los casos, ciertamente, llama la atención una articulación binaria como de polca y curvas vocales suaves, pegajosas, fáciles de imitar.

Finalmente y casi al azar, dejamos al lector curioso y solidario una lista de músicos –es probable que algunos de ellos hayan muerto o estén desaparecidos por el terremoto–, esperando que sirva de provocación para acercarse de manera distinta a este lugar inhóspito que tanto necesita nuestra atención: Alan Cave, Anna Platinum, Belo, Brothers Posse, Carimi, Djakout Mizik, Daan Junior, Elie Lapointe, Haiti Twoubadou, Harmonik, Jackito, Jude Jean, K-Dans, Konpa Kreyol, Luck Mervil, Maniak, Magnum Band, Nu Vice, Nu-Look, Robert, Robert Charlot, System Band, Twoubadou y Tan Tan.

Comprando su música en iTunes o en las pocas tiendas que la tengan, no sólo ayudaremos a reactivar esta golpeada economía, sino a dar sustento a aquello que, si bien no parece indispensable a la mayoría de los gobiernos –al nuestro por ejemplo–, es cura y permanencia para una cultura valiosa. Nos referimos a su música, a la huella aérea de un pueblo sumergido en el concreto, sí, pero que no deja de cantar. Ahí está, verbigracia, aquella mujer que resistió siete días enterrada y lo primero que hizo al ver la luz del sol fue ponerse a cantar, compartiendo con sus rescatadores las melodías que la ayudaron a sobrevivir.